La conjuntivitis consiste en la inflamación de la conjuntiva, el tejido fino y transparente que cubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo.


Esta inflamación hace más visibles los vasos sanguíneos, lo que le da al ojo un color rosado o rojizo.

Los síntomas de la conjuntivitis pueden variar dependiendo de la causa, pero por lo general, incluyen lo siguiente:

• Enrojecimiento o inflamación de la parte blanca del ojo o del interior del párpado.

• Aumento en la cantidad de lágrimas.

• Secreción del ojo blanca, amarillenta o verdosa.

• Picazón, irritación o ardor en los ojos.

• Mayor sensibilidad a la luz.

• Sensación de tener arena en los ojos.

• Ojos o pestañas con legañas.

Es importante estar alerta ante los signos de alarma, para acudir de inmediato al centro de salud más cercano a su domicilio, si presenta cualquiera de estos síntomas:

• Dolor en el ojo entre moderado y fuerte.

• Sensibilidad a la luz o visión borrosa.

• Enrojecimiento intenso en el ojo.

• Síntomas que empeoren o no mejoren, incluida la conjuntivitis bacteriana que no mejore después de 24 horas de comenzar el tratamiento con antibiótico.

• Afecciones prexistentes en los ojos que puedan ponerlo en riesgo de presentar complicaciones o una infección grave.

La conjuntivitis causada por virus o bacterias es muy contagiosa y se propaga fácil y rápidamente de persona a persona, en cambio, la conjuntivitis que es causada por alérgenos o sustancias irritantes no es contagiosa, pero es posible que se produzca una infección secundaria por otros virus o bacterias que sean contagiosos.

Se puede reducir el riesgo de contraer o propagar la conjuntivitis si toma algunas medidas simples de cuidado personal:

• Lavarse las manos.

• Evitar tocar o frotar los ojos.

• Evitar compartir el maquillaje para los ojos y la cara, los cepillos cosméticos, los lentes de contacto y sus envases, y los anteojos./MSPBS