Fumar reduce el flujo sanguíneo, una función necesaria para el crecimiento saludable del cabello. También puede dañar el ADN y el folículo piloso, impidiendo el crecimiento futuro.
Fumar puede aumentar los niveles hormonales, en particular los de hormonas esteroides como los andrógenos. Por ejemplo, la dihidrotestosterona, que provoca la caída prematura del cabello al reducir el tamaño de los folículos pilosos y acortar el ciclo de crecimiento capilar.

Hablando de las canas, el consumo regular de cigarrillos puede provocar que el poco cabello que queda se vuelva gris prematuramente.

Un estudio publicado en la revista Indian Dermatology Online Journal descubrió que aproximadamente el 50% de los fumadores notaron canas antes de los 30 años.

Y en comparación con los no fumadores, los fumadores tenían 2,5 veces más probabilidades de desarrollar canas prematuras, incluso aquellos que fumaban solo un cigarrillo al año.

Fuente: nypost.com