Los denunciantes aseguran que desde hace un tiempo vienen soportando niveles elevados de polución sonora, especialmente durante la noche, cuando el espacio deportivo es alquilado para encuentros sociales que, según afirman, se extienden hasta altas horas.

Además del constante ruido, los vecinos sostienen que también son víctimas de violencia verbal por parte de algunas personas que frecuentan la cancha, especialmente cuando se les reclama por el volumen de la música o el comportamiento inapropiado.

“La situación se ha vuelto insostenible. No solo tenemos que lidiar con la música a todo volumen, sino que además sufrimos gritos, insultos e incluso amenazas”, manifestó una de las residentes afectadas.

Los pobladores exigen la intervención inmediata de las autoridades y policiales, ya que consideran que esta problemática representa un riesgo para la convivencia pacífica en la zona y afecta gravemente la calidad de vida de las familias que residen en los alrededores.

Hasta el momento, se desconoce si el propietario de la cancha ha recibido notificaciones oficiales o sanciones por parte de las instituciones correspondientes.