Una familia entera de la localidad de Capiibary, Departamento de San Pedro, peregrinó hasta la Basílica de Caacupé, para agradecer a la Virgen por haberles concedido el pedido de comprar su primer automóvil.

La historia comenzó hace cuatro años, cuando Blas Ramón (35) le expresó a su madre, doña Saturnina Rodas, el anhelo de tener un vehículo para trabajar y trasladar a sus padres debido a las largas distancias de su comunidad. "Le dije a la Virgen que me iba a ir caminando hasta Caacupé si se cumplía", contó emocionada doña Saturnina.

Seis meses después del pedido, la familia logró concretar la compra. Hoy, cumpliendo la promesa, doña Saturnina y su esposo, don Julián Ruiz Díaz, caminan rumbo a la Villa Serrana, mientras su hijo Blas los escolta en el vehículo cumpliendo funciones de logística.

Calculan que la travesía de unos 200 kilómetros les tomará entre cinco y seis días. "Promesa es promesa", aseguraron, mientras avanzan con fe para agradecer y pedir por la salud de todos sus miembros.

Una familia entera de la localidad de Capiibary, Departamento de San Pedro, peregrinó hasta la Basílica de Caacupé, para agradecer a la Virgen por haberles concedido el pedido de comprar su primer automóvil.

La historia comenzó hace cuatro años, cuando Blas Ramón (35) le expresó a su madre, doña Saturnina Rodas, el anhelo de tener un vehículo para trabajar y trasladar a sus padres debido a las largas distancias de su comunidad. "Le dije a la Virgen que me iba a ir caminando hasta Caacupé si se cumplía", contó emocionada doña Saturnina.

Seis meses después del pedido, la familia logró concretar la compra. Hoy, cumpliendo la promesa, doña Saturnina y su esposo, don Julián Ruiz Díaz, caminan rumbo a la Villa Serrana, mientras su hijo Blas los escolta en el vehículo cumpliendo funciones de logística.

Calculan que la travesía de unos 200 kilómetros les tomará entre cinco y seis días. "Promesa es promesa", aseguraron, mientras avanzan con fe para agradecer y pedir por la salud de todos sus miembros.