48 años de la instalación del primer carro panchero de la ciudad, la figura de Pablo Ramón Núñez Zacarías sigue siendo símbolo de esfuerzo y memoria colectiva


Un 18 de diciembre de 1977 quedó marcado en la historia urbana de Encarnación con la instalación del primer carro panchero de la ciudad. Detrás de ese hecho se encuentra Pablo Ramón Núñez Zacarías, nacido el 17 de agosto de 1958, más conocido por generaciones de encarnacenos como “Panchos Cobra”.

Sus inicios en la gastronomía se dieron en la antigua Estación de Trenes de Encarnación, donde instaló una casilla denominada “Cobra”. En aquellos años, la actividad dependía en gran medida de la llegada del tren, y los días en que no arribaba, la estación quedaba prácticamente desierta. Ante esa realidad, Núñez Zacarías buscó alternativas para seguir trabajando y consiguió un carrito de panchos, con el cual comenzó a recorrer distintos puntos de la ciudad.

Así, alternaba su presencia entre la avenida Caballero, la esquina de Luzko y la zona de Villa Baja, ganándose de a poco el reconocimiento de vecinos y transeúntes. En 1978, durante la intendencia del arquitecto Caballero, obtuvo el permiso oficial para instalarse con su carrito panchero en la tradicional Plaza de Armas, un lugar del que nunca más se movería.

Durante 41 años de actividad ininterrumpida, Panchos Cobra fue testigo privilegiado de innumerables acontecimientos: festivales culturales, ferias del libro, comilonas populares y hasta los tradicionales corsos encarnacenos se desarrollaron ante sus ojos, mientras su carrito se convertía en punto de encuentro obligado.

Los niños que a comienzos de la década de 1980 disfrutaban de sus panchos a la salida del colegio o durante las tardes de juegos en la plaza, hoy regresan acompañados de sus hijos y hasta de sus nietos. Allí los recibe el mismo Cobra, afable y constante, trabajando con la misma dedicación, ya sea bajo la fría ventisca del invierno o el abrasador sol del verano, en el mismo lugar que ocupó en sus años mozos, consolidando una historia que forma parte del corazón de Encarnación.