La influencer Vita Aranda, víctima colateral del atentado en San Bernardino, murió por culpa de una carga de 18 kilos de cocaína disputada entre dos narcos: el que murió en el ataque, Marcos Rojas, y el que cayó preso ayer en Pedro Juan Caballero, Alcides


Un primo de Villaboa, un suboficial de Policía, también está detenido.

La Policía y la Fiscalía tardaron exactamente una semana en dar por esclarecido, al menos investigativamente, el caso de sicariato que se produjo el domingo 30 de enero en el anfiteatro José Asunción Flores de San Bernardino, durante el concierto Ja’umína Fest.

 Ayer fue capturado quien se cree fue el autor moral del ataque, Alcides Dejesús Villasboa Peralta (41), alias Ropero, un supuesto jefe narco que tendría plantaciones de marihuana en zona de Yby Yaú, pero que últimamente también ya movía cocaína en la frontera entre Pedro Juan Caballero y Ponta Porá. 

 Ropero fue apresado en una residencia de la fracción Eucaliptal del barrio General Genes de esta ciudad, en una operación dirigida por los fiscales Federico Delfino y Lorenzo Lezcano, aunque ejecutada por policías de Crimen Organizado, con apoyo de fusileros de la Unidad Táctica Policial del Norte.

 Ropero fue sorprendido en compañía de su cuñado, el brasileño Mario Dener López (24), quien también quedó detenido porque en la casa había armas de fuego. 

En otra operación, en un “local” de Ropero también en Pedro Juan Caballero, fue capturado Anderson González (35), quien sería un secretario del supuesto ideólogo del atentado. En San Pedro cayó el policía involucrado en el atentado Casi en simultáneo, la fiscala Alicia Sapriza encabezó en Santa Rosa del Aguaray la detención del suboficial inspector de Policía Junior Michael Peralta Díaz (32), personal del departamento de Investigaciones de San Pedro y primo de Ropero. 


 Según descubrieron la Policía y la Fiscalía, el ahora fallecido Marcos Ignacio Rojas Mora (29) le vendió el año pasado una carga de 18 kilos de cocaína a Ropero, pero este último no pagó por la mercadería.

 A causa de esto, Marcos recurrió al denominado cuadro de disciplina del grupo criminal Primer Comando da Capital (PCC). Aparentemente, Marcos y Ropero eran miembros del PCC, pero el “negocio” entre ambos era totalmente independiente.

 Como probablemente era inminente que el cuadro de disciplina se “encargara” de él, Ropero planeó adelantarse a Marcos y organizó el atentado. 

Todo con tal de no pagar su cuenta por la provisión de cocaína, siempre según la investigación fiscal policial. Lea más: Atentado en San Bernardino: “Ya están todos identificados” Supuestamente, Ropero contrató a su primo, el policía Junior Peralta, para ejecutar el ataque contra Marcos Rojas. 

El efectivo policial, de hecho, ya pudo ser ubicado técnicamente en San Bernardino aquella noche, justo a la hora del ataque en el anfiteatro. 

El policía sería el que transportó y luego rescató al sicario, cuya identificación también avanza ahora. El matón, aunque logró su objetivo de eliminar a Rojas, también ultimó a la influencer Cristina Isabel Aranda Torres (29), quien no tenía nada que ver en el asunto.


Fuente: ABC COLOR