Una jueza en lo civil y comercial condenó a la Administración Nacional de Electricidad (Ande) a pagar más de G. 800 millones a los padres de un joven de 19 años que falleció electrocutado, en plena vía pública.


La Administración Nacional de Electricidad (Ande) fue condenada a pagar G. 810.692.577 al matrimonio conformado por Cecilio Aguirre Cabrera y Clotilde Espínola Ruiz Díaz, en concepto de indemnización por la muerte por electrocución de su hijo Claudio Aguirre Espínola, de 19 años. El joven falleció en una vía pública de la compañía Tacuarita de San Pedro del Paraná, Itapúa, el 24 de setiembre de 2018. 


La sentencia N° 655 dictada hoy por la jueza en lo civil y comercial del primer turno Lizza Natalia Reyes precisa que a la suma referida anteriormente, la estatal deberá agregar un interés del 2,17 % mensual, a devengarse desde el inicio de la demanda, presentada el 22 de setiembre de 2020. La demanda presentada por el matrimonio a través de su abogado Amado Sandoval Vázquez, relata que en la fecha indicada, la zona se encontraba sin energía como consecuencia de un temporal, motivo por el cual solicitaron asistencia a la Ande.


“En fecha 24 de setiembre de 2018, la compañía Tacuarita del citado Distrito, quedó como es habitual, sin luz o sea sin energía eléctrica, esto es, por la ostensible precariedad de las instalaciones eléctricas en la zona; y ni hablar después de alguna lluvia o leve temporal, en cuyas circunstancias, se extienden por muchos más días la recuperación o el restablecimiento de la energía eléctrica, ya que, los vecinos de la compañía son los que ponen mano a la obra cortando y levantando postes de madera, que son exigencias de los funcionarios de la Ande, y así ellos, (funcionarios de ANDE), traen los insumos, llámese cables, fusibles y otros accesorios, para recuperar la provisión de la energía en la zona”, explica la acción.


Demanda destaca precariedad de instalaciones eléctricas La demanda destaca la precariedad de las instalaciones eléctricas y revela una modalidad de trabajo instalada en la región, que consistía en que los funcionarios de la Ande encargaban a los lugareños que en casos en que el poste de madera, sostén del tendido eléctrico se cae o cuando se suelta el cable o se quema el fusible, los vecinos deben unirse para conseguir el poste y reponerlos y avisarlos posteriormente, para que ellos lleven los cables y fusibles necesarios para restablecer el servicio.

 “La ANDE, lejos de cumplir sus obligaciones legales, hace absolutamente lo contrario, delegando toda su responsabilidad a los vecinos del lugar, permitiéndoles colocar postes rústicos extraídos de los bosques de la zona, y la ANDE aprueba y los conecta la bajada eléctrica en cada vecino instalando el medidor correspondiente, y les cobra mensualmente, como se acreditan con las facturas de pago de ANDE que se agregan también como prueba instrumental a esta demanda”, revela la demanda. 

“Es así, que los vecinos, intentaron comunicar dicha situación a la ANDE, sin que los funcionarios responsables aparezcan en la zona, entonces, los vecinos, siguiendo las recomendaciones de la ANDE para estos casos, revisaron las instalaciones en la zona, y se percataron de que un poste o columna de madera rústica se había caído produciendo el corte de energía, procuraron reponer el poste y al joven víctima fatal le tocó alzar el cable, en ese momento sin energía, que, al atar por el aislante del poste, vino intempestivamente la energía, y el joven fue electrocutado cayendo al suelo, perdiendo la vida, en forma instantánea, siendo aproximadamente las 17:00 horas del mismo día señalado”, relata la acción. 

La demanda resalta que es responsabilidad indelegable de la Ande mantener una adecuada infraestructura de sus instalaciones de distribución de energía eléctrica y prohibir terminantemente a los vecinos siquiera asomarse a los tendidos eléctricos en caso de algunas falencias o cortes de energía, lo cual hubiera evitado el desenlace fatal. En su parte conclusiva, los accionantes solicitan G. 1.357.805.908 en concepto de resarcimiento por daño moral y pérdida de chance.



FUENTE: ABC