Graciela Cantero fue víctima por segunda vez de la delincuencia. Delincuentes hurtaron la batería de su automóvil, que utiliza como único medio para movilizar a sus hijos con discapacidad.


La vida de Graciela Cantero, una madre encarnacena residente en el barrio San Isidro – Etapa 6, volvió a verse golpeada por la inseguridad. Por segunda vez, desconocidos ingresaron a su propiedad y hurtaron la batería de su vehículo.

Este automóvil representa mucho más que un simple medio de transporte: es su herramienta indispensable para trasladar a sus tres hijos con discapacidad a consultas médicas, terapias y controles. La situación se agrava porque su hija de seis años lleva 17 días internada en el Hospital Regional de Encarnación por un cuadro de neumonía.

"Necesito que se haga justicia y que recuperen la batería de mi auto", expresó Graciela con angustia. Sus hijos, de 14, 6 y 5 años, dependen totalmente de su esfuerzo diario y de ese vehículo para acceder a los cuidados que necesitan.

La comunidad del barrio San Isidro se mostró conmovida por el caso y exige respuestas urgentes de parte de las autoridades. Este nuevo hecho delictivo pone en evidencia la fragilidad del sistema de protección a las familias más vulnerables, que enfrentan, además de sus dificultades diarias, el abandono y la inseguridad.