En el Barrio Jardín de Cambyretá se vive un clima de tensión por la presencia de varios perros señalados como responsables de ataques a residentes. En medio de las denuncias, una vecina identificada como Mariela Sandoval salió al paso de las acusaciones y aseguró que los animales no son de su propiedad, aunque reconoce que los alimenta por compasión.

“Quiero dejar en claro que no son mis perros. Yo solo les doy comida porque nadie se hace cargo. Los propios vecinos los abandonan frente a mi casa”, manifestó Sandoval, quien sostiene que la problemática va más allá de lo que algunos pobladores denuncian.

La mujer argumenta que la conducta agresiva de los canes no es natural, sino una reacción a la hostilidad que sufren. “Es muy fácil culpar a los animales y a la persona que los ayuda, pero nadie habla de cómo los maltratan. Si alguien les lanza un petardo, es obvio que se van a asustar y a defender”, expresó.

El conflicto ha generado divisiones en la comunidad. Mientras un grupo de vecinos exige la intervención de las autoridades municipales para retirar a los perros, otros respaldan la postura de Sandoval, quien pide un abordaje más humano del problema, enfocado en el abandono y el maltrato animal.

“Estamos hablando de seres vivos que merecen respeto. Yo solo estoy tratando de ayudarlos”, concluyó la vecina, visiblemente afectada por la situación.

Por ahora, las autoridades locales analizan alternativas que permitan restablecer la tranquilidad en el barrio, aunque el caso deja al descubierto la falta de conciencia ciudadana sobre el cuidado responsable y la protección de los animales en la ciudad.