Doña Estela Maris Bogado se enfrenta a una situación desgarradora en el Barrio San Isidro de Encarnación, donde la inseguridad es su compañera constante.



Recientemente ha denunciado a su vecino por presuntamente haber irrumpido en su despensa y sustraído una considerable cantidad de productos. Esta experiencia ha dejado a la dueña de casa con un sentimiento de vulnerabilidad y tristeza, ya que la confianza en su propio hogar se ha visto gravemente afectada. 


Vivir con el temor de ser víctima de robos y violaciones a la privacidad es una carga insoportable para cualquier persona, y para Doña Estela se ha convertido en una pesadilla diaria. 


La misma sostuvo que desgraciadamente la policía detuvo al sospechoso, pero por falta de pruebas el juzgado había ordenado que se libere al mismo, posteriormente juntó sus cosas y huyó del lugar.