Ante esta amenaza, han decidido salir armados con “palos” para protegerse, denunciando la falta de respuesta de la fiscalía por parte de la agente Lorena Castelvi, a pesar de las múltiples denuncias presentadas.

La comunidad se congregó nuevamente cerca de la escuela Domingo Robledo para exigir una acción inmediata que garantice su seguridad. 

Los residentes han solicitado que la dueña de los perros, una mujer de la tercera edad, entregue a sus mascotas a las autoridades competentes, argumentando que su risa ante la situación solo aumenta el desamparo que sienten.

Una de las vecinas expresó su frustración al escuchar los gritos de auxilio de quienes transitan por la zona, subrayando la insostenible situación que viven día a día. 

Mientras tanto, Juan Escurra, presidente de la comisión vecinal, advirtió que si no se obtiene una respuesta satisfactoria, considerarán llevar sus protestas hasta la fiscalía para hacer escuchadas sus demandas. La comunidad está decidida a tomar medidas más drásticas si la situación continúa sin solución.