Historia de fe en Guarambaré. Durante 7 años formó parte de los soldados que escoltan al santo.


Contra todo pronóstico, Zulma Ortiz (35) volvió a caminar tras sufrir un grave accidente de moto.


Desde entonces, la pobladora de Guarambaré siempre hace una ofrenda por el día de San Miguel Arcángel, a quien le atribuyó el milagro.


En 2009, el percance le dejó con varias fracturas. Una fue en la zona cervical, que los doctores pillaron tarde y, según ellos, no tenía solución. “Hasta ahí podemos hacer”, le habían dicho.


Ella se fue a la misa por nueve meses en silla de ruedas. En la novena a San Miguel rezó y le pidió su ayuda para poder irse a pie a la capilla. “Me hizo el milagro de volver a caminar”, dijo.


Durante los siguientes siete años, ella formó parte de “los soldados”, los promeseros que visten el uniforme verde olivo para escoltar la imagen del santo en la procesión, que parte de la capilla que lleva su nombre hasta la parroquia Natividad de la Virgen María.


El año pasado hubo alrededor de 150 soldaditos de todas las edades, comentó Zulma.


Al cumplir con esa promesa particular, ella empezó con otras acciones, como donar alimentos o medicamentos.


El otro milagro

Zulma también considera un milagro el ser madre. “El cirujano traumatólogo me dijo que yo no iba a poder tener hijos porque me fisuré la cadera”, recordó.


Con mucha fe, pidió a Dios que le dé la posibilidad de tener al menos un hijo con su esposo. Actualmente tiene dos, un varón de ocho años y una nena de dos. Su hijita este año va a bailar la Galopa, que se hace cada 29 al mediodía, cuando la imagen de San Miguel vuelve a su capilla, ubicada en el barrio Alegre.

Fuente: EXTRA