Cada año una gran cantidad de católicos celebran en el Paraguay el 1 y 2 de noviembre el Día de Todos los Santos y Fieles Difuntos en conmemoración de sus seres queridos que ya no están.


Tras dos años de restricciones por la pandemia, más personas llegan hasta los cementerios para visitar a sus seres queridos difuntos.

Desde tempranas horas de la mañana los fieles arreglan los panteones, cambian las cintas de las cruces, renuevan las flores y encienden velas para orar por los difuntos. Incluso algunos reparten en los camposantos gaseosas y golosinas.

Los comerciantes apostados en la entrada de los cementerios aguardan con ansias que sus productos sean adquiridos por quienes acuden. Flores de todos los colores y todas las variedades están colocadas de manera ordenada, al igual que velas y otros elementos que son ofrecidos.


FUENTE: UH