Los pobladores del Barrio Jardín se encuentran en pie de lucha contra las empresas de transporte que operan en la zona, denunciando un servicio irregular y deficiente que los afecta día a día. Según los vecinos, la escasez de colectivos es constante, lo que los deja varados durante horas en las paradas y genera un fuerte malestar ciudadano.

Los residentes aseguran sentirse “rehenes” de un sistema que no cumple con las frecuencias necesarias para cubrir la demanda. La falta de previsibilidad en los horarios provoca retrasos sistemáticos, especialmente entre quienes utilizan el colectivo para llegar a sus puestos de trabajo, poniendo en riesgo su estabilidad laboral.

La principal preocupación de los afectados es la falta de planificación y compromiso por parte de las empresas. Según denuncian, los buses pasan con intervalos irregulares y en muchas ocasiones no llegan, obligando a los usuarios a esperar bajo condiciones adversas o buscar alternativas más costosas para trasladarse.

Vecinos y líderes comunitarios solicitan a las autoridades municipales intervenir y exigir a las compañías de transporte que cumplan con las frecuencias establecidas y garanticen un servicio eficiente y seguro. Asimismo, piden mayor fiscalización para evitar que los trabajadores continúen enfrentando retrasos que afectan su economía y calidad de vida.

La situación en el Barrio Jardín refleja un problema recurrente en varias zonas de la ciudad, donde la falta de transporte público confiable limita la movilidad de los vecinos y genera un creciente descontento social.