En su segunda visita a Encarnación, Paraguay, se vio sorprendido por los avances que ha experimentado la ciudad desde su última visita. Rodas es conocido por su dedicación a explorar diversos lugares sobre dos ruedas, un viaje lleno de experiencias enriquecedoras y encuentros con culturas diversas. 

Su travesía representa un testimonio de perseverancia, valentía y pasión por descubrir el mundo de una manera única y sostenible.

Encarnación, con su encanto y progreso, no pasó desapercibida para Rodas. Probablemente, encontró una ciudad que ha evolucionado en infraestructura, cultura y desarrollo, reflejando los cambios que han ocurrido en muchos lugares de Latinoamérica en las últimas décadas. Seguramente, la hospitalidad de su gente y la belleza de sus paisajes habrán dejado una marca imborrable en la memoria de este viajero incansable.

El mismo lustra zapatos para ganarse unos guaraníes y así seguir con su travesía. Ahora tiene como rumbo Bolivia.