Emprendedoras venden productos de sus huertas y abastecen a familias y comerciantes locales


Cada amanecer, un grupo de mujeres de la comunidad de Nueva Alborada se traslada hasta Encarnación, llevando consigo los frutos de la tierra que cultivan con dedicación y esmero.

Sobre la Avenida Irrazábal, entre las calles 25 de Mayo y Villarrica, montan sus puestos llenos de color y frescura, ofreciendo naranjas, bananas, mamones, mandiocas y otros productos de sus huertas. Su trabajo diario refleja el esfuerzo y el compromiso por generar ingresos para sus familias y contribuir al consumo local.

Estas emprendedoras no solo abastecen a cientos de familias encarnacenas, sino que también se convirtieron en proveedoras de revendedores, demostrando que con constancia y trabajo honrado se pueden superar desafíos y salir adelante.

Las mujeres agradecen el apoyo de los clientes y coinciden en un mensaje claro: “Hay trabajo para quien se ingenia y no se rinde”. Su ejemplo refleja el valor del esfuerzo comunitario y la importancia de la agricultura familiar en la región.