EL PARTIDO. Pasaron 31 años para ver un nuevo enfrentamiento entre estos dos conjuntos de grandes melenas. Pese a que el partido encontró a paraguayos y colombianos en procesos nacientes se vio un duelo sumamente atractivo en la capital de nuestro país.
Para la ocasión el equipo franjeado salió con su alineación de gala, a la que se reincorporó Richard Ortiz en lugar del lesionado Edgardo Orzusa para hacer el doble 6 con el juvenil Marcos Gómez.
El juego comenzó con intensidad y rápidamente se vivió la primera gran emoción gracias a la calidad del creativo uruguayo Alejandro Silva, quien a los 6 minutos puso de pie el estadio al marcar el primer tanto luego de una lucida jugada individual.
El 1-0 permitió al Decano poder elegir sus incursiones en el terreno enemigo y cuidarse mejor de los ataques del rival, que empezó a crecer muchísimo en su rendimiento.
Administrando muy bien la pelota, el elenco cafetero puso dos balonazos al palo de Alfredo Aguilar, los dos desenfundados como misiles desde las botas de Dorlan Pabón, a los 24 y 40 minutos, respectivamente. Después Álvaro Angulo y Jarlan Barrera, éste en una acción poco creíble, perdieron otros duelos con el portero local.
El trámite no tuvo descanso, fue abierto y con grandes ocasiones para el Verdolaga, que demostró sus debilidades en defensa. Derlis González y Richard Ortiz pudieron sacar provecho de esas limitaciones, pero faltó mejor puntería. Con el 1-0 terminó la primera fracción.
En el complemento, el cuadro paraguayo entró muy dormido y pagó con el empate de Jarlan Barrera, al minuto del reinicio, aprovechando éste una enorme gentileza de Duque, que tenía todo para definir, pero decidió ceder el tanto a su compañero para dejar en la nada una posible reacción de Aguilar.
Olimpia sintió el golpe, se despertó y mandó respuestas con otro tiro de Ortiz y una chilena desperfecta de Guillermo Paiva, el delantero de moda en Para Uno.
Luego cayó el nivel del compromiso, desde la hora. Las faltas seguidas pararon el ritmo por lo que Julio Cáceres buscó nuevos fríos con Fernando Cardozo y bajar otro golpe con Walter González. Los cambios cambiarían completamente la historia del lance.
El que apareció con un bombazo fue el primero, con un desvío en el segundo, para empezar a sellar el triunfo del Rey de Copas de nuestro país a los 82 minutos. La tercera conquista fue toda de Cardozo, a dos minutos de adición, para una renta que da mayor confianza de cara a la revancha.