Vive en el estado de Chiapas, el más pobre de México. La rechazaron de cinco escuelas primarias porque no podían lidiar con su inteligencia.


Michelle Arellano es una nena mexicana de 10 años a la que le gusta jugar a las muñecas, pintar y practicar deportes como cualquier otra niña de su edad. Pero hay “algo” que la hace distinta: habla cinco idiomas y está a punto de empezar a estudiar medicina en la Universidad de Massachusetts, en Estados Unidos.



Esta nena prodigio, oriunda de Chiapas, en el sur de México, tiene un coheficiente intelectual (IQ) de 158, dos puntos por debajo de Albert Einstein.

“Mi sueño es convertirme en una gran doctora y poder curar el cáncer y el autismo, ser bióloga marina y actriz”, dijo en una entrevista con Efe.


La niña prodigio mexicana de 10 años que habla cinco idiomas y entró a la universidad

Michelle dejó en claro de muy pequeña que era una niña diferente. Cuando tenía solo un año y medio aprendió a hablar inglés. A los 4 años ya sabía leer y escribir. Y ahora, a los 10, domina el francés, el italiano y el alemán, además del español.


A su corta edad ya aprobó la primaria, secundaria y recientemente la prueba del Centro Nacional para la Evaluación de la Educación Superior (Ceneval) .


“Estoy feliz porque ya acredité, primaria, secundaria, y preparatoria”, dijo. La nena empezará sus estudios universitarios el 29 de agosto. Los dos primeros años serán de clases virtuales y después serán presenciales en Estados Unidos, contó su madre, Karina Guillén Cruz.

La niña de 10 años que entró en la Universidad es además cinta negra de taekwondo

Michelle también se considera una artista. Le gusta dibujar, pintar y tocar el piano. Además practica natación, básquet y es cinta negra en taekwondo.

Pero en su casa es una niña como cualquier otra, a la que le gusta jugar con muñecas, es amante de los animales y del origami de papel.


El relato de la madre de la niña prodigio que entró en la Universidad: “Caminamos paso a paso”

La madre de la nena es cirujana y contó que el camino para entender a su hija fue angustioso y frustrante.


Tuvo que consultar a especialistas y enfrentar un sistema escolar poco preparado. Cinco escuelas primarias rechazaron a su hija con el pretexto de que no podían lidiar con su inteligencia.


“Tampoco es fácil porque tú vas a una institución, te topas con los pretextos, es que esto y lo otro, es que la edad. La verdad yo ejercí mucha presión”, comentó.


Michelle se aburría en clases. Entonces sus padres pidieron a la secretaría de Educación que la subiera de grado. De cuarto año pasó a sexto de primaria. Después, con una evaluación única, completó sus estudios primarios en noviembre de 2021.


Pero no se quedó ahí: en marzo de 2022 aprobó la secundaria, y el 4 de julio la llamada preparatoria o escuela media superior.

“Desde que yo supe el diagnóstico no he soltado a mi hija, estamos caminando paso a paso de acuerdo a como ella lo vaya sintiendo, porque eso sí: hemos tratado de ser muy cuidadosos con su integridad emocional y física”, comentó su mamá.


Ambas ahora buscan a padres de niños superdotados para orientarlos y formar una red de apoyo, porque la pequeña quiere que todos tengan las oportunidades de aprender. “Que hablen con los papás para que los maestros sepan de estos niños y los puedan ayudar con clases especiales”, dijo Michelle.