La señora Nilda Hermosilla, residente del Barrio Chaipe en Encarnación, hace un llamado a las instituciones locales y a la comunidad en busca de apoyo para rehabilitar a su hijo, quien ha caído en el mundo de las drogas y la delincuencia.


Nilda Hermosilla, residente del Barrio Chaipe en Encarnación, se encuentra en una lucha desesperada. Su hijo, que solía ser conocido por su alegría y amabilidad, ha sucumbido a las drogas y la delincuencia, sembrando miedo y desconfianza en la comunidad.


Las drogas han transformado por completo la personalidad de su hijo, quien ahora se ha involucrado en robos dentro del barrio. Nilda, entre lágrimas, expresa que la persona que ven sus vecinos no es el hijo que ella crió. Con el corazón destrozado, suplica ayuda para traerlo de vuelta y evitar perderlo.


La lucha de Nilda no solo es contra la adicción de su hijo, sino también contra las secuelas que esta enfermedad ha traído a la vida de su familia y vecinos. Con su llamado desesperado, busca el apoyo de las instituciones locales y de la comunidad para rehabilitar a su hijo y recuperar la tranquilidad en el Barrio Chaipe.