Las salsas tienen otros ingredientes a causa de la suba de precios, dicen doñas.


El precio de las verduras y hortalizas están por los cielos, lo que obliga a las cocineras y amas de casa a hacer cambios en la preparación de sus comidas.

El tomate es un ingrediente primordial en casi todo el menú de Nuchi Gómez, cocinera de un copetín ubicado sobre República de Colombia, en el Mercado 4.

“El tomate lindo se vende a casi G. 18.000 kg y es el que más nos afecta. Rebuscándonos encontramos tomates picados o un poco aplastados que sirven para salsas, pero hay poco se acaban súper rápido”, señaló la señora.

Para evitar subir el precio de las comidas, Nuchi reemplaza al tomate. “Se usa menos tomate y más conserva, esa es la realidad, porque te salva de un guiso o salsa sa´yju”, expresó.

Para evitar que la conserva aporte acidez a la comida, las cocineras agregan media cucharadita de azúcar.

“También se puede mezclar un poco de tomate con una conserva pequeña y pimentón dulce que le da color y sabor”, reveló Nuchi.

Ensalada cara

La lechuga es otro problema para las cocineras. En días calurosos los clientes piden mucha ensalada, pero la hortaliza está cara y fea.

“Cobramos G. 6.000 el plato de ensalada de lechuga con tomate. Pero si es de lechuga repollada, desde G. 3.000 ya podés comer un poco”, apuntó.

El repollo y la lechuga repollada son útiles para las cocineras. “Se mantienen hasta tres días en la heladera”, mencionó Gómez.

En los hogares

Laura Molinas cocina todos los días para tres niños y tres adultos.

“Sale carísimo hacer una salsa 100% con tomate. Yo uso salsa de tomate en cartón y mezclo con conserva”, sostuvo.

Para priorizar el almuerzo tuvo que prescindir de ciertas compras. “Ya no compro yogurt ni leche en cartón, tampoco jamón o panchos”, dijo.



Fuente: EXTRA