"Hacé tu denuncia, total no voy a ir preso", le dijo a su víctima. Volvieron los caballos locos y tienen su "ruta", simulan incluso acosos.


Larizza Z., le reclamó a José Antonio González por robarle su celu, él le pidió disculpas. Parecía estar arrepentido. Pero cuando llegó la policía y consultaron a la chica si iba a denunciar, el hombre de 43 años la sorprendió. “Hace nomás tu denuncia. Total, no me voy a ir preso”, le gritó. 

El robo ocurrió en un colectivo de la línea 23, sobre la ruta Transchaco, en Mariano Roque Alonso, durante la tarde del miércoles. Larizza lloró de la rabia, pero no le hizo caso, hasta que, al mediodía de ayer, nuevamente el asombro la golpeó. “Me fui a la fiscalía y me atendió el secretario de la fiscal. 

Me explicó que, como algo barato se iba a robar, no tiene mucho peso y que le iban a dar una sanción”, relató. Aceptó pensando que iban a abrir un proceso, pero el asistente le informó de qué se trataba. “La sanción que le dieron es ir a la comisaría a limpiar cada quince días por 1 año”, lamentó la chica. “A mí el celular me salió bastante caro para decir que es algo barato. Gracias a los demás pasajeros que me ayudaron pude recuperar", dijo la chica. “Está muy asustada, decepcionada”, acotó el comisario Emilio Alfonso, jefe de la comisaría décima de Roque Alonso. Señaló que este tipo de hechos es recontra común últimamente. Un viejo modus operandi que resurgió hace poco. 

“Hace 20 años era así. Mucho tiempo descansamos de los descuidistas”, indicó. El descuidista habló en forma breve con los policías y dijo que era la primera vez que robaba, supuestamente. “Atantea'imi ”, le bajó. El mismo no tiene antecedentes y ya fue liberado. Así roban Alfonso detalló que los ladrones utilizan varios trucos para robar. Actúan entre dos o tres personas y hasta simulan acosos. 

“Mientras uno medio le roza, le pone su codo encima del hombro o hasta sus partes íntimas como acosando, la chica mira mal y le reta. En eso, otro ya le quitó sus cosas”, manifestó el comisario. Según él, los descuidistas, a diferencia de los famosos motochorros que son péndex o drogadictos, suelen ser adultos, de 30 años y hasta más de 40, sin armas ni actúan de manera violenta. “Son padres de familia que salen de su casa para laburar gua’u, pero suben a los micros como pasajeros, para robar”, apuntó. Usan bisturí para cortar las carteras y vaciarlas.

 Operan normalmente en zonas en paradas y trayectos de rápido acceso a otro micro para perderse, como lo es la ruta Transchaco, donde transitan por Loma Pyta, Roque, Limpio y Villa Hayes. 

Pider dejar constancia Alfonso mencionó que muchas víctimas ni siquiera llegan a denunciar porque se dan cuenta tarde de lo ocurrido y ni siquiera saben dónde mismo pudo haber ocurrido. Por ello, muchos de los afectados denuncian como extravío incluso, solo para que el seguro de su telefonía le responda por la pérdida. Lamentó esta situación, asegurando que en todos los casos se debe denunciar, así sea que uno bajó en jurisdicción de otra comisaría.



Fuente: EXTRA