Un llamado a la fe y la esperanza entre los internos


En un evento lleno de emotividad y significado, la Penitenciaría de Itapúa conmemoró el Día de la Virgen de la Merced, patrona de los reclusos, con una ceremonia religiosa que brindó a los presentes un mensaje de esperanza y renovación espiritual.

La misa, oficiada por Monseñor Francisco Pistilli, obispo de Encarnación, se destacó por su profundo contenido espiritual, transmitiendo paz y consuelo a los internos y al personal penitenciario.

La festividad no solo representó un acto de devoción hacia la Virgen de la Merced, sino también una oportunidad para cultivar un ambiente de reflexión y reconciliación. Durante la misa, Monseñor Pistilli ofreció palabras de aliento, subrayando la importancia de la misericordia y la redención como pilares fundamentales para la transformación personal, valores estrechamente ligados a la figura de la patrona.


Con sincera devoción, los internos participaron activamente en la ceremonia, demostrando cómo la espiritualidad puede ser una fuente de consuelo y motivación para quienes buscan su reintegración a la sociedad. 


La celebración se convirtió en un espacio de unión, donde tanto el personal como los reclusos compartieron un momento de profunda reflexión, evidenciando que, incluso en los momentos más desafiantes, la fe puede unir y brindar nuevas oportunidades para el cambio.