La víctima, Fátima Vázquez, relató a medios locales que el pasado jueves, alrededor de las 15:45 horas, estacionó su motocicleta en el patio de la Comisaría de Edelira 28 antes de emprender un viaje, como lo hacía habitualmente. La decisión de dejar el vehículo en la sede policial respondía a una cuestión de seguridad, confiando en que allí estaría a resguardo.

Sin embargo, este domingo al mediodía, cuando regresó para retirarla, se llevó una desagradable sorpresa: su motocicleta ya no estaba. De inmediato, dio aviso a los agentes, quienes confirmaron que efectivamente el rodado había sido hurtado del lugar.

El hecho ha generado indignación en la ciudadanía, que ve con preocupación la falta de seguridad incluso dentro de las propias instituciones encargadas de velar por el orden. Hasta el momento no se han brindado detalles sobre cómo los delincuentes lograron ingresar al predio y sustraer la motocicleta sin ser detectados.

Las autoridades iniciaron una investigación para esclarecer el caso y dar con los responsables del hurto. Mientras tanto, Fátima exige respuestas y lamenta que, pese a haber tomado todas las precauciones, fue víctima del delito en el lugar donde menos lo esperaba.

Este caso reaviva el debate sobre la efectividad de los controles de seguridad en instalaciones policiales y la responsabilidad institucional frente a bienes dejados bajo su custodia.