La hermana Ana Barbudes, colaboradora del hogar, expresó su preocupación por el bienestar de los adultos mayores que residen en el lugar. “Nuestros abuelitos necesitan abrigos, mantas, medias de lana, bufandas y frazadas. El clima húmedo hace que muchos se mojen y no se seca nada. Es como cuidar a niños, y los pañales se utilizan en gran cantidad”, explicó.

La religiosa remarcó que el hogar no cuenta con los recursos suficientes para cubrir todas las necesidades y, por ello, apelan a la solidaridad de la comunidad. “Pedimos que quienes puedan colaborar acerquen sus donaciones directamente al hogar. Todo será bien recibido y muy agradecido”, agregó.

Las personas interesadas en ayudar pueden acercarse hasta el Hogar Santa María en Encarnación, en horario de oficina. Cualquier colaboración puede marcar una gran diferencia para brindarles confort y dignidad a los adultos mayores.