Según informes preliminares, Parodi encabezaba una organización delictiva que habría perpetrado una serie de actos violentos en la zona, afectando no solo a los habitantes locales, sino incluso a sus propios familiares.

Se reporta que varias viviendas fueron atacadas a tiros en diferentes ocasiones, mientras que algunos residentes fueron expulsados de sus propiedades por la fuerza, generando un clima de miedo y tensión entre la comunidad. La captura de Parodi trae esperanzas de que la paz vuelva a la localidad, que vivió durante meses bajo un constante estado de incertidumbre y zozobra.

Las autoridades continúan investigando los detalles de las actividades del grupo, con el fin de esclarecer completamente los hechos y llevar a todos los implicados ante la justicia.