El general Horta N’Tam durante la ceremonia de juramentación como nuevo mandatario, el 27 de noviembre de 2025.
- 28/11/2025
- Por Edicion Prensa
La junta militar que tomó el poder en Guinea-Bisáu nombró el jueves a un general como presidente de transición, mientras que el jefe de Estado destituido, Umaro Sissoco Embalo, abandonó el país y se marchó a Senegal. El día anterior, los militares anunciaron que habían derrocado a Embalo y suspendido las elecciones presidenciales y legislativas del 23 de noviembre, cuyos resultados debían anunciarse en breve en ese país lusófono de África Occidental con una extensa lista de golpes de Estado.
El nombramiento del general Horta N’Tam como presidente y jefe de la junta es por un año, añadieron los militares en una conferencia de prensa en Bisáu. La capital estaba paralizada el jueves, con la mayoría de las tiendas y mercados cerrados y una fuerte presencia de las fuerzas de seguridad en las calles, prácticamente desiertas, constató la AFP.
Los militares vigilaban los alrededores del palacio presidencial, donde intensos disparos sembraron el pánico entre la población durante el golpe militar. El derrocamiento se suma a otros ocurridos desde 2020 en la región, concretamente en los vecinos Mali, Burkina Faso, Níger y Guinea-Conakry.
“Acabo de ser investido para dirigir el Alto mando”, dijo el general Horta N’Tam, hasta ahora jefe del Estado Mayor del ejército de tierra. “Guinea-Bisáu atraviesa un período muy difícil de su historia. Las medidas que se imponen son urgentes e importantes, y requieren la participación de todos”, declaró el nuevo presidente de esta transición.
Mientras tanto, Embalo, quien fue destituido el miércoles, llegó “sano y salvo” a Senegal el jueves a bordo de un avión fletado por ese país, anunció el Ministerio de Relaciones Exteriores senegalés en un comunicado. El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo estar “profundamente preocupado” por la situación y denunció que “cualquier desprecio por la voluntad del pueblo que emitió su voto de manera pacífica durante las elecciones generales del 23 de noviembre constituye una violación inaceptable de los principios democráticos”.
Inestabilidad, pobreza y narcotráfico
El golpe del miércoles se produjo la víspera de la esperada publicación de los resultados electorales provisionales de las presidenciales y legislativas celebradas el pasado domingo. Tanto el presidente saliente Embalo como el opositor Fernando Dias de Costa reivindicaban la victoria. En su primera comunicación tras tomar el poder, los militares anunciaron que habían detenido al mandatario y suspendido el proceso electoral en curso.
“Lo que nos ha empujado a hacerlo (el golpe) es el ánimo de garantizar la seguridad a nivel nacional y restablecer el orden”, dijo el miércoles a la prensa el general Denis N’Canha, jefe del gabinete militar de la presidencia. Argumentó que los servicios de inteligencia detectaron “un plan destinado a desestabilizar el país, con la implicación de los barones nacionales de la droga”. Según dijo, ese plan incluía la introducción de armas en el territorio “para alterar el orden constitucional”.
Guinea-Bisáu, un país empobrecido de apenas 2,2 millones de habitantes, sufre problemas de corrupción y es conocido por ser una importante plataforma del narcotráfico entre Sudamérica y Europa, una lacra favorecida por su inestabilidad política crónica. También fue detenido el miércoles, según dos fuentes cercanas, el líder opositor Domingos Simoes Pereira, al que la Corte Suprema no permitió concurrir como candidato presidencial.
Este país ha sufrido cuatro golpes de Estado desde su independencia de Portugal en 1974, además de una serie de intentos fallidos. La Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao) anunció el jueves la “suspensión de Guinea-Bisáu de todos los órganos decisorios” de la organización tras el nuevo derrocamiento.
Fuente: AFP.