La obra de Manuel Riveros, un símbolo de esperanza y conciencia ambiental, ha sido dañada, generando un debate sobre la protección del patrimonio y los recursos naturales.



En la ciudad de Trinidad, a lo largo de la Ruta Sexta, se encuentra la escultura "Ykua Levantol", que ha despertado tanto admiración como confusión. Algunos la interpretan como un símbolo de esperanza para quienes enfrentan problemas de fertilidad, pero su verdadero significado es más profundo. La obra, realizada en 2019 por el escultor argentino Manuel Riveros, rinde homenaje al Acuífero Guaraní, fuente de agua pura y cristalina.


La escultura, que representa dos cabezas y una paloma, simboliza a la Santísima Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Durante su visita a Trinidad, Riveros se reunió con el intendente Isaac Aguilar y expresó su preocupación por el reciente vandalismo que ha afectado su creación. "El agua puede ser milagrosa y la fe mueve montañas", afirmó, subrayando la necesidad de proteger tanto la escultura como el recurso vital que representa.


Este lamentable incidente ha abierto un debate sobre la responsabilidad colectiva de cuidar el patrimonio artístico y los recursos naturales, recordando que el verdadero milagro reside en preservar el medio ambiente. La escultura, más que un simple monumento, se alza como un llamado a la acción y una reflexión sobre la interconexión entre la fe y la naturaleza.