Encarnación volvió a vibrar este sábado con una de las postales más esperadas del año: la llegada de la Caravana Navideña de Coca-Cola, que iluminó la ciudad con su clásica combinación de luces, música y alegría. La refresquera eligió nuevamente a la Perla del Sur para desplegar, por segundo año consecutivo, un espectáculo que llenó de color y entusiasmo a grandes y chicos.

Desde alrededor de las 20:00 horas, la costanera se transformó en un gran punto de encuentro. Familias completas, grupos de amigos y visitantes se apostaron a lo largo del trayecto para disfrutar del paso del tradicional convoy festivo. La expectativa crecía a cada minuto, mientras los presentes buscaban los mejores lugares para observar el desfile.

El momento más esperado llegó cuando los emblemáticos camiones rojos comenzaron a avanzar lentamente, encendiendo la magia navideña con cada metro recorrido. Las luces brillantes, las melodías festivas y los personajes icónicos provocaron aplausos, sonrisas y una avalancha de teléfonos que intentaban capturar cada detalle del espectáculo.

Más que un desfile, la caravana logró convertirse en una experiencia emocional capaz de unir generaciones. Abuelos, padres, jóvenes y niños compartieron la misma sensación de asombro, recordando que la Navidad también es un tiempo para reencontrarse con la ilusión y la esperanza.

Miles de personas acompañaron el recorrido, convirtiendo la noche en una verdadera celebración comunitaria. Entre fotos, risas y expresiones de alegría, Encarnación se llevó una nueva edición inolvidable de este evento, que volvió a demostrar que la magia navideña puede sentirse, verse y celebrarse en cada rincón de la ciudad.