El Departamento de Búsqueda y Localización de la Policía también recibe denuncias que luego resultan inexistentes. Es el caso denunciado ayer en Hernandarias donde la protagonista fue una menor de edad.


Un padre preocupado denunció que su hija adolescente de 15 años fue víctima de rapto, de acuerdo al relato que ella misma hizo. Ocurrió ayer a la mañana, según la denuncia presentada ante la Comisaría 27 del barrio San Francisco de Hernandarias.


Intervinieron agentes del Departamento de Búsqueda y Localización de la Policía de Alto Paraná, a cargo del comisario Rubén Ramírez. Tras la conversación con el padre, la visita al sitio donde la adolescente supuestamente recobró el sentido, se descubrió que la historia fue inventada como justificación para que el papá no sepa que su hija fue hasta la casa de su novio, también de 15 años.


De acuerdo al reporte de Búsqueda y Localización, la adolescente se había negado en principio a hablar con los policías que visitaron la casa para investigar el caso, pero luego aceptó acompañar a su padre y los policías hasta el sitio donde ella recobró el sentido.


Ella cayó en contradicciones en su relato y, finalmente, admitió que mintió para no contar a su padre que salió para encontrarse con su novio en la casa del mismo, ubicada cerca de la UPE, según el reporte de la Policía. Los agentes también acudieron a la casa del novio, donde el hermano, mayor de edad, contó que la adolescente estuvo ayer en su casa.


Fantasía para justificar encuentro

El rapto inventado por la adolescente tenía el siguiente relato: ella regresaba de la escuela donde llevó a su hermana en el barrio San Miguel de Hernandarias cuando se encontró con una niña que le pidió que la acompañara a su casa.


Cuando estaba a una cuadra y media del destino, vieron a una furgoneta acercarse y ellas decidieron correr pero, de repente, recibió golpes en la cabeza y ya no recordó nada hasta que despertó en Ciudad del Este, en las inmediaciones de una universidad. Volvió a casa y contó esa historia para justificar su desaparición.



FUENTE: LA NACION