Al cortar las frutas lo ideal es refrigerarlas a temperaturas inferiores a 5°C.


En los supermercados y las fruterías es muy común encontrar piezas grandes de frutas cortadas a la mitad y envueltas en papel film, para fomentar el consumo y evitar el desperdicio de alimentos. Sin embargo, no es recomendable comprarlas en ese estado porque ya no tienen las mismas condiciones y beneficios que las que están enteras.


La nutricionista Diana Martínez manifestó que comprar las frutas por mitades aumenta el riesgo de oxidación y vida útil de las mismas, y eleva las probabilidades de deterioro y contaminación. “Al pelarlas o cortarlas se expone el interior a la luz y al aire, lo que provoca su oxidación y en consecuencia, afecta en el color, sabor o textura”, explicó en conversación con La Nación/Nación Media.

Señaló que bajo esta práctica, los alimentos pueden perder sus nutrientes, sobre todo las vitaminas solubles en agua como la C y la B y algunos antioxidantes. Además, cuanto más ácidas sean y más maduras estén, mayor es el riesgo de deterioro y contaminación, incluso los azúcares se empiezan a descomponer y liberan dióxido de carbono, lo que reduce aún más su vida útil.

Conservar las frutas en la heladera porque la temperatura de almacenamiento es fundamental. Foto: Ilustrativa

Conservar las frutas en la heladera porque la temperatura de almacenamiento es fundamental. Foto: Ilustrativa

Evitar problemas con las frutas cortadas

Martínez recomienda descartar aquellas frutas que estén muy maduras o que tengan algunas hendiduras en la superficie, ya que esto pueda actuar como foco de contaminación. “Si vas a comprar las frutas en mitades, fíjate que no estén muy maduras, que estén bien envueltas y refrigeradas”, puntualizó.


Si el presupuesto no alcanzó o de todas formas optaste por las frutas y verduras a la mitad, la nutricionista aconseja conservarlas en la heladera, ya que la temperatura de almacenamiento de estos alimentos son claves para la prevención del crecimiento microbiano.

“Al cortar las frutas lo ideal es refrigerarlas a temperaturas inferiores a 5°C y consumirlas en un corto periodo de tiempo. Tener en cuenta que las frutas con mucho contenido de agua, como el melón, la sandía, la piña o el mamón, deben permanecer menos tiempo a temperatura ambiente para así evitar el desarrollo de patógenos”, indicó.

Cabe mencionar que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) realizó recientemente un informe sobre las condiciones de conservación de piezas cortadas de sandía, melón, mamón y piña, y sugiere evitar su compra en dicha condición, ya que eleva la posibilidad de crecimiento de microorganismos patógenos.


FUENTE: LA NACIÓN