Doña Marina Ramírez tiene 69 años, pero tiene la fuerza de una joven. Hace casi 30 años que la doña pedalea su bicicleta todos los días para ir a vender sus emapanadas caseras en Concepción.


No sabe lo que es tener un momento libre. Se levanta a las 4 de la mañana, desayuna, prepara su canasta con empanadas y sale de su vivienda ubicada en la compañía Rincon’i, rumbo al trabajo. No importa si llueve, si haga calor o frío, ña Marina está ahí, luchando por su familia con la venta de empanadas a tan solo 1.500 guaraníes, sobre la calle Pampliega y Avenida Pinedo en el Norte del país. 

Su foto donde se la ve encima de su bicicleta se hizo viral luego en las redes sociales y muchos alabaron el esfuerzo que hace la abuelita para llevar el pan de cada día a la casa. La misma comentó a Crónica que desde niña trabajó siempre honradamente. 

Ya en su juventud supo lo que es ponerse los pantalones en la casa. Es madre soltera y con mucho esfuerzo y sacrificio sacó adelante a sus 5 hijos, que hoy en día están todos casados.





“Ellos siempre están para mí, pero yo hago esto porque es lo que me mantiene en pie y para dar lo mejor a mis nietos”, dijo. “En la vida hay que sacrificarse. Yo estoy feliz con lo que hago porque todo lo hago honradamente”, sostuvo. Ña Marina he’i que su bicicleta es su fiel compañera y que ya se acostumbró al pedaleo.

 “Hace 25 años que lo hago. Mi bicicleta es mi compañera, es mi amiga, sin ella no soy nada”, dijo y agregó que la bici es el secreto de su buen estado de salud, ya que mantiene una vitalidad que a ella misma le sorprende.

 “Soy feliz andando en dos ruedas, porque nadie me molesta”, dijo. La doña comentó que su andar en su medio de transporte la hizo conocida entre los vecinos del sector y de otros lugares. “Aquí todos me conocen”, sostuvo la guapa kuñakarai que suele preparar hasta 200 empanadas por día.



La abu he’i que la bicicleta que tiene actualmente fue un regalo de una pareja a quien agradece profundamente. “Es que me robaron dos bicicletas”, dijo. Pese a todo, la mujer no se rindió y siguió en la lucha. “Dios siempre pone gente buena en tu camino, como esta pareja que me regaló para mi bicicleta”,dijo. 

Agregó que dos veces peleó con asaltantes que le salieron en el camino con intenciones de robarle. “Me defendí como pude. Es la inseguridad que hay hoy en día”, comentó.


FUENTE: CRÓNICA PY