El plan del golpe en Brasil para que Lula no asumiera el poder estalla ahora en “la cara” de Jair Bolsonaro, el expresidente que es acusado por la Policía del vecino país, como actor clave del proyecto de golpe al Estado de Derecho.


La Policía Federal brasileña realizó este jueves un allanamiento en la casa de veraneo de Bolsonaro, a quien se lo acusa no solo la fuerza del orden, sino el Supremo Tribunal Federal (STF) por haber intentado un golpe de Estado para mantenerse en el poder, luego de perder las elecciones de 2022.

El Supremo tomó la decisión después de una investigación encarnada en 134 páginas que revela que el entonces presidente buscó mantenerse en el poder a pesar de haber perdido las elecciones ante Luiz Inácio Lula da Silva.



La Policía Federal incautó el teléfono móvil de Tercio Arnaud Thomaz, uno de los asesores del expresidente, que se encontraba en la residencia con el exmandatario.

Las autoridades le intimaron que entregase su pasaporte, pero el expresidente alegó que no lo tenía consigo y recibió un plazo de 24 horas para cumplir con la orden.

Bolsonaro (68) fue presidente entre 2019 y 2023, quedó con la prohibición para comunicarse con otras personas que son también objeto de la operación ‘Tempus Veritatis’, que abrió pesquisa por el intento de dar un golpe de Estado en 2022.

La investigación se basa en las revelaciones del coronel Mauro Cid, que fue ayudante de Bolsonaro durante su presidencia. Otros implicados son el exasesor Filipe Martins y el almirante Almir Garnier dos Santos.

“Las informaciones recogidas revelaron que Jair Bolsonaro recibió un proyecto de decreto presentado por Filipe Martins y Amauri Feres Saad para dar un golpe de Estado, detallando supuestas interferencias del Poder Judicial en el Ejecutivo”, dice la decisión del ministro miembro del STF Alexandre De Moraes.

Agrega que, el complot contemplaba que sean aprehendidas personas de otros poderes del Estado, que podrían interferir con los golpistas.

“Incluía la detención de varias autoridades, entre ellas, los jueces del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes y Gilmar Mendes, así como el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco. Posteriormente, se hicieron cambios a petición del entonces presidente, manteniéndose la orden de arresto del ministro Alexandre de Moraes y la celebración de nuevas elecciones”, refiere una parte del documento incriminatorio.

Bolsonaro se declaró ante este nuevo escenario, como “víctima de una conspiración”, que supuestamente está basada en afanes de venganza de sus contrincantes políticos.

“Dejé el gobierno hace más de un año y sigo sufriendo una persecución implacable”, dijo el expresidente al periódico ‘Folha de Sao Paulo’.

Fuente: Hoy