Este evento, que congregó a estudiantes, docentes y miembros de la comunidad, fue una celebración de la vida y obra de un profesional que dejó una huella imborrable. 

La ceremonia contó con la presencia de familiares del arquitecto, quienes expresaron su gratitud y orgullo por el reconocimiento a su ser querido. "Es un honor ver su trabajo reflejado en este mural, que representa tanto su amor por la ciudad como su pasión por el Lapacho Amarillo, un símbolo de nuestra identidad", comentaron.

El mural, una obra vibrante y llena de color, captura no solo la esencia de la arquitectura de Cañete, sino también su visión de una Encarnación más hermosa y sostenible. 

Este homenaje busca inspirar a futuras generaciones a seguir su ejemplo, recordando la importancia de la cultura y el patrimonio en la construcción de comunidades más fuertes.