Lo que pudo convertirse en una pesadilla terminó con un abrazo lleno de alivio.

Un pequeño, por un descuido, abordó solo un ómnibus de la empresa Stella Marys, siguiendo a una pasajera que no era su madre. El chofer, Alejandro Zacarías, creyendo que se trataba de un viaje normal, arrancó sin imaginar la situación.

Al llegar a Cambyretá Centro, el niño confesó que estaba solo. El conductor detuvo el colectivo y dio aviso a la Policía. Agentes de las comisarías 4ª y 24ª localizaron a la madre y llevaron al niño de regreso.

El reencuentro, lleno de lágrimas y sonrisas, demostró que la empatía y la solidaridad pueden cambiar el rumbo de una historia.