“Ha sido una noche y un día increíbles”, resumió Donald Trump, quien tiene prácticamente garantizado un duelo con el demócrata Joe Biden en las presidenciales de noviembre tras arrasar en el llamado “supermartes”.


El expresidente republicano fue declarado vencedor en 12 estados de los 15 en disputa. Se trata de Virginia, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Maine, Alabama, Arkansas, Massachusetts, Colorado, Minnesota, Texas y California, estos últimos los dos más poblados del país, según proyecciones de medios de comunicación estadounidenses.


Aún así Nikki Haley, la última que se interpone en su camino por la nominación presidencial del partido, le ha privado de una victoria absoluta, al imponerse en Vermont.


Los resultados en Utah y Alaska llegarán a lo largo de la noche.


Ha sido un “supermartes” sin misterio. Ni el republicano, de 77 años, ni el demócrata, de 81, tienen a nadie que les haga sombra en las primarias, durante las que se designa a los candidatos de ambos partidos para los comicios.


- “¡Gracias - MAGA!” -


El gran ganador de la noche fue Trump, que estaba exultante.


“Ha sido una noche y un día increíbles, increíbles. Ha sido un período increíble en la historia de nuestro país”, afirmó ante sus seguidores, congregados en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida.


“¡Gracias - MAGA!”, escribió antes en su plataforma Truth Social, utilizando el acrónimo del lema trumpista “Make America Great Again” (“Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo”).


Su perfil es atípico.


La Cámara de Representantes, cuando tenía mayoría demócrata, le acusó de haber incitado a una insurrección. Fue absuelto por el Senado, pero se enfrenta a 91 cargos por delitos graves.


Esto no impide que sea apreciado por los votantes de clase trabajadora, blancos y de las zonas rurales.


Desde el 15 de enero y, a pesar de sus problemas legales, Trump ha ganado casi todas las primarias.


Los demócratas toman nota y dan la voz de alarma.


Trump “está decidido a destruir nuestra democracia” y “hará o dirá cualquier cosa para alcanzar el poder”, afirmó Biden en un comunicado difundido por su equipo de campaña.


En otro pidió fondos porque “Trump está arrasando en las primarias”. “Seremos nosotros contra toda la derecha trumpista en estas elecciones (...). Necesito tu ayuda”, afirma el demócrata.


Hace ya semanas que Biden da por perdida la batalla de Haley.


Esta exembajadora ante la ONU de 52 años encarna el ala moderada del Partido Republicano y promete restablecer la “normalidad” frente al “caos de Trump”, pero acumula derrotas. La pregunta es si seguirá en la carrera.


Ella no lo ha aclarado. En un comunicado su equipo de campaña resaltó que “sigue habiendo un gran bloque de votantes republicanos en las primarias que expresan profundas preocupaciones sobre Donald Trump”.


En la mansión de Trump nadie tenía dudas.


Bajo imponentes lámparas de araña y molduras doradas, los invitados rezumaban optimismo.


“No creo que la otra candidata republicana tenga ninguna oportunidad. Debería renunciar”, dijo April Culbreath, líder de una rama local del partido.


En teoría las primarias pueden prolongarse hasta julio. Pero el equipo de Trump predice una victoria “el 19 de marzo” a más tardar, después de que voten Georgia y Florida.


El millonario quiere centrarse en una revancha con Joe Biden antes de tener que enfocarse en sus problemas legales.


Su primer juicio penal comienza el 25 de marzo en Nueva York.


Del lado demócrata, Biden puede estar tranquilo. No tiene rivales de peso.


Las candidaturas de dos demócratas, el congresista Dean Phillips y la autora de libros de autoayuda Marianne Williamson, nunca han suscitado entusiasmo a pesar de las críticas recurrentes de los votantes a la edad del presidente o a su apoyo a Israel.


Como se esperaba el martes ganó en todos los estados, menos en un territorio: la Samoa Americana, un archipiélago del Pacífico donde fue derrotado por un empresario prácticamente desconocido.


El jueves será la próxima gran noche del presidente: defenderá su visión para Estados Unidos durante un discurso ante el Congreso, el tradicional “Estado de la Unión”.


Fuente: AFP