La Urgencia del Hospital Pediátrico Acosta Ñu recibió ayer a siete alumnos de un colegio privado de Capiatá (Central), quienes presentaban dificultad respiratoria y mareos, tras un episodio con un termómetro, que todavía debe ser investigado.

Una mamá recibió el llamado de su hija alrededor de las 14:50 de ayer. Le contó que hubo un ruido fuerte en la planta baja de la institución y que los que estaban en el aula de arriba se empezaron a sentir mal.

“Les dio ardor en los ojos, la garganta y picazón en la piel”, dijo la doña, quien de paso reclamó que los directivos del colegio no les hayan avisado enseguida lo que pasó.

Hacia el final de la tarde, el Ministerio de Salud informó que los estudiantes estaban todos estables, con saturación y frecuencia cardiaca normales.

“Los primeros resultados de tóxico en orina fueron negativos, de acuerdo al informe de Laboratorio”, decía el reporte oficial. Pero se dio parte al Centro Nacional de Toxicología, porque los papás hablaron de una posible intoxicación.

La docente Deysi Ortiz explicó que a la mañana, un curso estaba trabajando con un termómetro, pero que este era ecológico. Supuestamente, una alumna lo llevó: “Lo trajo de casa ya con un desperfecto, que pudo haber venido ya roto de la farmacia en sí o durante el transporte”, expresó a Telefuturo.

La directora Graciela Miranda aseguró que avisaron sobre la situación a los padres de todos los afectados.

Qué contendría

Los termómetros ecológicos reemplazan el mercurio por una aleación de galio, el cual, según estudios, puede producir los síntomas que los chicos presentaron.

Sin mercurio

“A modo de aclaración, el termómetro que sí, cayó en el piso, fue un termómetro de vidrio, pero ecológico. Fue un material que utilizamos esta mañana durante la práctica de procedimientos, con los alumnos del Bachillerato Técnico en Salud”, dijo la profesora Deysi Ortiz.

Fuente: EXTRA