Un suboficial de la Armada Paraguaya fue detenido ayer martes tras ser identificado como uno de los autores materiales del asalto ocurrido el lunes a la casa de apuestas Aposta.La, situada sobre la Ruta PY07, en el barrio Santa Ana de Ciudad del Este.


Se trata del suboficial de primera Hugo Javier Ovelar, de 41 años, quien prestaba servicios en el Comando de la Flota de Guerra en Asunción.


De acuerdo con los datos recabados, el uniformado aprovechaba sus días de franco para participar en actividades delictivas. Su implicancia en el asalto quedó al descubierto luego de que cámaras de circuito cerrado del local captaran claramente su imagen, lo que permitió su rápida identificación por parte de sus superiores. Fue entregado ayer al mediodía en la Comisaría 2da. Metropolitana, luego de ser plenamente reconocido por miembros de su propia institución.


El hecho se enmarca en una seguidilla de atracos a locales de la misma cadena. Según la fiscal Cinthia Leiva, quien encabeza la investigación, el suboficial será trasladado a Ciudad del Este para enfrentar cargos por robo agravado. La representante del Ministerio Público ya ordenó nuevas diligencias para recolectar más pruebas que confirmen su participación en otros hechos similares.


La detención se concretó tras la difusión de imágenes en redes sociales, donde se solicitaba ayuda ciudadana para identificar a los autores de dos asaltos recientes a sucursales de Aposta.La. El primero se registró el pasado 24 de abril en el Kilómetro 8 Acaray, donde los asaltantes se alzaron con G. 9.800.000, entre dinero de caja y de un cliente. El segundo, el más reciente, tuvo lugar este lunes en Santa Ana, donde los delincuentes, a bordo de una motocicleta tipo Kenton GTR, irrumpieron violentamente y se llevaron la recaudación del fin de semana.


Según el testimonio del cajero presente durante el último atraco, en el momento del hecho se encontraba en el sanitario cuando escuchó ruidos en la puerta de vidrio. Al salir, fue encañonado por uno de los delincuentes que lo obligó a tirarse al piso, mientras su cómplice se dirigía directamente a la caja registradora.


FUENTE: ADN