Preocupados por un posible cierre permanente de la frontera tras la orden de movilización de Moscú para la guerra en Ucrania, un creciente número de rusos en edad de combatir huyen a Finlandia por el principal puesto fronterizo de Vaalimaa.


“Ahora creo que su estatuto importa poco. Si es apto para servir hoy, mañana puede estar en el ejército”, explicó a la AFP Viktor Zakharov, un científico de 35 años.


Procedentes de San Petersburgo, Zakharov, su esposa y sus tres hijos acaban de pasar el puesto de control donde el número de cruces de rusos se ha duplicado desde la orden de movilización parcial dictada por el presidente Vladimir Putin la semana pasada.


“La sensación de libertad aún no está debido a las noches sin dormir y al tiempo dedicado a hacer las maletas”, declaró el joven padre con la cara desdibujada pero con una sonrisa.


Después de una escala en Finlandia con amigos, tiene previsto dirigirse a Israel.


Entre 7.000 y 8.000 personas cruzan cada día la frontera terrestre de 1.300 km, la mayoría por el paso de Vaalimaa, el más meridional.


Sus puertas grises se han convertido en un punto de tránsito para miles de rusos que van al exilio a sitios como Georgia, Kazajistán o Turquía.


Para Oleg, dueño de un bar en Moscú, la mayoría de quienes dejan el país como él huyen del espectro “aterrador” de quedar atrapados.


Temen “que se cierre para siempre y que se acabe, que tengan que vivir en un estado totalitario donde no podrán hacer nada”, expresó Oleg sin querer mostrar la cara a la cámara de AFP.


Para este hombre de 36 años, la orden de movilización es solo la “primera señal” de un cierre de fronteras que prevé en los próximos días.


Existe el riesgo de que el Kremlin le impida salir del país pero también que, ante una ola de “turistas” rusos este verano, Finlandia impida el paso de rusos con visas Schengen de turismo.


Ese visado permite circular libremente entre la mayor parte de los países de la Unión Europea.


El gobierno finlandés deberá discutir el jueves la entrada en vigor de la medida, ya promulgada desde finales de la semana pasada.


 


– “Al menos ya estoy aquí” –

 


“Yo no puedo decir que estoy feliz”, admitió Vadim, un funcionario de Moscú que llegó en autobús. “Pero al menos estoy aquí”, se consuela.


Dejó a su madre y su apartamento pero espera volver a Rusia más adelante.


“Me preocupaba poder cruzar la frontera porque oí hablar de muchos jóvenes que fueron tomados por la fuerza y no pudieron salir por la movilización”, comentó antes de volver a subir al autobús.


Las filas actuales son manejables, según los guardas fronterizos finlandeses, pero se han alargado mucho en la última semana.


“Este es actualmente el mayor punto de cruce de Rusia a Finlandia”, aseguró Jesse Pirttinen, un teniente de la guardia fronteriza.


Antes del covid se registraban 2,5 millones de cruces al año en Vaalimaa, cifra que cayó a 250.000 durante la pandemia.


“Ahora alcanzamos 90% del nivel de 2019, por lo que es casi igual que hace tres años”, apuntó el oficial.


Pero las nuevas restricciones del lado finlandés o ruso podrían significar más intentos de cruzar ilegalmente la frontera.


Paralelo a su candidatura histórica de ingresar a la OTAN, aún no efectiva, Helsinki presentó un plan para reforzar su frontera oriental con más barreras y vallas.


Según la última propuesta de los guardias fronterizos, de 130 a 260 kilómetros serán reforzados de esta manera.



FUENTE: HOY