Con la campaña “Más luces y menos ruido”, buscan concienciar a la ciudadanía con el uso indebido de fuegos pirotécnicos en estas fechas festivas.


Las personas con autismo y trastorno del procesamiento sensorial no perciben los estímulos auditivos de una manera habitual. Y especialmente, muchas personas con autismo tienen una reacción muy significativa frente a ruidos de alto impacto, como es el caso de los cohetes, petardos y fuegos pirotécnicos que se emplean en celebraciones en estas fechas.


Es por ello que la Licenciada Mónica Ibarra, explicó sobre esta problemática:


Qué es lo que los niños con condición del espectro autista sienten con la pirotecnia?


- El ruido de un petardo o cualquier pirotecnia es un sonido sumamente intenso y ellos lo perciben de manera muy vívida. Sienten como si estuvieran en el medio de un bombardeo en una guerra, como si cayeran bombas al lado de ellos. Y esto genera muchísimo estrés, muchísima liberación de los neurotransmisores propios del estrés y genera un gran nivel de alteración conductual y emocional. Y por otro lado, al ser totalmente impredecibles, es algo frente a lo cual no se pueden preparar y lo viven con muchísima angustia, se desorganizan.


¿Qué podemos hacer para protegerlos?


- En primera instancia, educar, por lo menos a los familiares, a la gente que convive con estos niños y a los que están cerca, para evitar que esto suceda alrededor de ellos. Creo que es muy buena la iniciativa de poner un lazo azul en cada casa donde hay un niño con autismo, para indicar a aquellos que viven alrededor que, si quieren seguir usando la pirotecnia, lo hagan, pero alejadamente. Esto tampoco los protege totalmente. Lo que se puede hacer es ponerles auriculares, no de los comunes, sino de los que insonorizan el contexto. Buscar algún espacio de la casa donde no haya ventanas y donde la transmisión del sonido se anule en lo posible.