La idea es desalentar el cruce de un mismo vehículo o persona cruce varias veces al día, lo que genera un mayor tránsito en el viaducto internacional y hace más lento a la Argentina.


La propuesta es del secretario del Consejo de la Magistratura de Misiones.

El doctor en derecho y magister en administración de justicia, Leonardo Villafañe, lanzó esa iniciativa a través de su cuenta de Twitter, con el objetivo de proponer una solución o al menos paliativo a las extensísimas filas de vehículos que a diario cruzan el puente Posadas – Encarnación San Roque González de San Cruz y las varias horas e insufribles horas que eso demanda, debido especialmente a quienes se dedican a la compra de combustible argentino para reventa en Encarnación, y que hacen mas de un cruce por día.


«¿Y si cobramos un peaje al que usa el puente Encarn-Pdas más de una vez al día? Que aumente por cada pase diario. Un pase ida y vuelta free. Luego se cobra por persona y vehículo. Con 50% + cada vez?» propuso.


Y agregó: «Así vuelven los turistas en serio y se puede volver a visitar a nuestros vecinos. Un pase libre ida y vuelta es suficiente y respeta derechos para todos. El que trafica combustible que pague y de paso se mantiene moderno el puente».


El puente internacional que une Posadas (Argentina) con Encarnación (Paraguay), es uno de los pasos fronterizos más utilizados del país, en lo que hace al ingreso y egreso de personas del país, según datos de la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina.


Durante las 24 horas se producen filas, a veces de hasta varios kilómetros de extensión, para poder cruzar a Posadas. En su gran mayoría, los usuarios del puente en los últimos años, a partir de la reapertura del viaducto luego de la pandemia, son personas que se dedican a la compra de combustible en Posadas, para luego revenderlo en Encarnación. El porcentaje más alto de los que se dedican a eso, son ciudadanos paraguayos, aunque también hay muchos argentinos que realizan el mismo trajín diario.


Para que el negocio les sea redituable, estas personas necesitan cruzar el paso, varias veces al día, y eso genera un tránsito constante y caótico, sin importar el horario, ni el día. Produce peleas en las filas, porque muchos de ellos consideran que tienen derecho a adelantarse a los demás «porque están trabajando» según sus propias expresiones.


También existe el peligro de accidentes, que ya los hubo, que pueden terminar en incendios o explosiones, por el transporte del hidrocarburo, muchas veces en tanques agregados o bidones  no homologados.


Y por último favorece el aprovechamiento de algunos funcionarios o efectivos de los organismos de control, que trabajan en la zona de frontera, para cobrar dádivas, para permitir un paso más ágil, de acuerdo a lo que denuncian a diario los usuarios afectados por las largas esperas.


 

Fuente: MISIONES