Comerciante y su hijo aplicaban su cultura en Ciudad del Este. Dos jovencitas eran torturadas dentro de su familia.


La cultura libanesa es netamente patriarcal. El padre o el hermano (varón) deciden sobre las mujeres de la casa, incluso hasta con quién deben casarse o si pueden estudiar o salir.



Esto mismo se vivió en Ciudad del Este, fuera de las leyes libanesas.


Dos hermanas denunciaron a su papá y a su hermano por extrema violencia contra ellas. Los hombres fueron imputados por la fiscala Estela Mary Ramírez.


El hecho tiene como procesados a los ciudadanos libaneses Abdul Wahad Chahade (51) y Ahmad (23), padre e hijo, respectivamente. Sus supuestas víctimas son las hijas del comerciante.


El suplicio

Los imputados ejercieron violencia física y psicológica sobre las chicas durante varios años.


El padre controlaba cada aspecto de la vida de sus hijas, desde sus actividades diarias hasta sus relaciones sociales.


Las víctimas declararon haber sufrido golpes, amenazas constantes y un ambiente familiar donde dominaba el miedo.


Una de las ultimas agresiones pasó en una quinta en CDE. Abdul entró en la habitación de sus hijas para retarles porque no compartían con los demás miembros de la familia. Les amenazó y les quitó el celular.


Cuando volvieron a la casa atacó brutalmente a una de sus hijas, le pateó en la espalda, la golpeó en la cabeza, la nuca y le pegó con un cinto en las piernas.


Finalmente, la obligó a estar parada una esquina de la habitación durante toda la noche. Una de las hermanas quiso calmar a su papá y también fue amenazada.


En julio del año pasado, el hermano golpeó a una de las chicas.


La agarró del cuello, la golpeó en el rostro y la sofocó presuntamente hasta casi asfixiarla. Su hermana intervino para defenderla.


Las chicas libanesas pusieron un alto a la tortura familiar, huyeron de la casa, un amigo las refugió en su hogar y luego hicieron la denuncia ante la Unidad Especializada en la Lucha contra la Violencia Familiar.


Estarán libres

La fiscala Estela Mary Ramírez contó que no pedirá prisión preventiva para los imputados.


Señaló que una de las causas es que el señor cuenta con avanzada edad y además tiene una enfermedad de la que se trata todos los días en un Hospital de Foz de Yguazú - Brasil. El joven es estudiante universitario. Si llegan a ser condenados podrían pasar a la cárcel, dijo.


Casos de originarios

La abogada y activista feminista y de derechos humanos, Michi Moragas, dijo que la organización solo tiene conocimiento de casos de castigos costumbres ancestrales en pueblos originarios. Aclaró que son casos menores donde prevalecer castigos culturales sin dañar a la persona.


Destacó que si se comete hechos como homicidios, abusos y otras agresiones graves deben ser procesados por la ley. Para cualquier denuncia se puede llamar al (0983) 217 273 o al Ministerio de la Mujer al 137.



Fuente: EXTRA