Apoyo. Inmigrantes y descendientes realizan actividades para enviar ayuda a la Cruz Roja.


Organizaciones. Desde varias entidades se reunirán para  acciones de alcance nacional.   Desembarco.  Ciudadanos llegan al país en busca de refugio ante complejo escenario en Europa.  Docente migrante. Profesor ucraniano apuesta por Paraguay en busca de ambiente libre.

La colectividad ucraniana en Paraguay se moviliza para ayudar a los habitantes del país europeo ante la guerra desatada con Rusia y las graves secuelas que sufren los ciudadanos. Desde colectas solidarias y hasta polladas son las acciones que realizan los migrantes y descendientes para enviar apoyo a la Cruz Roja de dicho país invadido por el Ejército de Rusia.

También apoyan a sus compatriotas que deciden buscar refugio en el país tras el conflicto armado.

“Estamos haciendo colecta de dinero, venta de dulces, preparamos adhesiones para polladas para volver a ayudar a la Cruz Roja de Ucrania. A través del Consulado ya se donaron G. 248 millones; esta vez es un evento más pequeño, que no abarcó todo el Paraguay, sino en Encarnación. Llegamos a G. 10 millones en donaciones y seguro sumaremos otros G. 5 millones más”, comentó Andrés Baranski, presidente de la Asociación Ucraniana.

En la ciudad de Encarnación, donde se encuentra la mayoría de los migrantes y descendientes, desembarcó recientemente una familia ucraniana compuesta por cuatro personas. Próximamente se prevé el arribo de aproximadamente 20 ucranianos más en busca de refugio.

Baranski indicó que en las próximas semanas se reunirán con varios sectores para definir otras acciones como apoyo, tanto para envíos como para ayudar a los migrantes que próximamente llegarán al país, ya que sería un número importante

Entre otras actividades de mayor envergadura citó que podría ser algún evento artístico o deportivo, de manera a que la colaboración de los paraguayos sea a nivel nacional. El presidente de la asociación indicó que en Paraguay existen cerca de 1.000 familias, entre migrantes y descendientes.

En el mes de marzo también un grupo de productores enviaron unos 22.000 kilos de arroz a Ucrania, a través de la logística establecida por la Asociación de Iglesias Bautistas Eslavas de Itapúa. La organización también envió un importante lote de medicamentos para apoyar en los campos de guerra.

Crímenes y daños

La Justicia de Ucrania investiga, junto con juristas de otros países y estamentos internacionales, alrededor de 8.600 presuntos crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas desde el inicio de la invasión del país.

Entre los casos hay desde asesinatos y ejecuciones de ciudadanos hasta ataques contra objetivos e infraestructuras civiles, torturas, delitos sexuales y violaciones, aseguró la fiscala general ucraniana Irina Venediktova en declaraciones a la televisión pública internacional alemana Deutsche Welle (DW).

En estas investigaciones están implicadas unas 8.000 personas, entre agentes de la Policía y servicios secretos ucranianos y expertos o miembros de ONG de todo el mundo, entre ellos representantes de la Justicia de EEUU, hasta un total de 14 países, entre ellos Alemania, Francia y Países Bajos. Asimismo investigan esos casos la fiscalía de la Corte Penal Internacional de La Haya, estamentos internacionales de derechos humanos y de la ONU.

Las investigaciones se han concentrado en la región de Kiev, especialmente en localidades como Bucha, donde se revelaron las muertes de centenares de civiles tras retirarse las tropas rusas.

De acuerdo con el Gobierno de Kiev, Ucrania sufrió daños en sus infraestructuras por unos USD 90.000 millones, desde la invasión de Rusia el pasado 24 de marzo. Anunciaron que se plantea un plan de reconstrucción de posguerra, así como la creación de condiciones de vida cómodas para todos aquellos que se vieron obligados a abandonar sus hogares debido a la guerra. Con ese fin, se han creado 14 clústeres de infraestructura que deben reconstruirse o actualizarse. Detallaron que hoy el Estado tiene que dar casi 600.000 apartamentos para alojar a las personas desplazadas.

Estamos haciendo colecta de dinero, venta de dulces, preparamos adhesiones para polladas para volver a ayudar a la Cruz Roja.

Recibimos de Ucrania a una familia compuesta por cuatro personas. Próximamente llegarían cerca de 20 personas más. Andrés Baranski, Asociación Ucraniana en Py


Las cifras

1.000 familias de inmigrantes y descendientes forman parte de la colectividad ucraniana en el país desde hace años.

20 ucranianos, aproximadamente, vendrían a Paraguay próximamente tras la guerra desatada.

8.600 presuntos crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas desde el inicio de la invasión son investigados.


En medio del combate bélico, docente busca refugio en tierra guaraní por segunda vez


“Libre de todo, sin trabajo, sin saber dónde vivir ni cuál es mi futuro. No importa. Libre. Para respirar y vivir”. Este es el anuncio que realizó a través del Facebook, Igor Protsenko (55), mientras tomaba vuelo rumbo a Paraguay, tras abandonar el territorio donde residía, en Rusia, pero con nacionalidad ucraniana. Es la segunda vez que apuesta por tierra guaraní. En las dos ocasiones cruzó el océano Atlántico para huir del conflicto bélico entre, lo que él considera, dos pueblos hermanos.

Igor es docente, doctor en Ciencias Filológicas con especialidad en Lingüística histórico-comparativa y tipológica. Nació en Krasniy Sulín, región de Rostov del Don de Rusia, pero su documento de identidad es ucraniano, pues la mayor parte de su vida residió en Donetsk, sureste de Ucrania. Este territorio ya fue escenario de la guerra civil, por lo que en el 2014 decidió buscar refugio en Paraguay, desempeñándose como docente en la Universidad del Norte (UniNorte).

Ante la llegada de la pandemia, la crisis económica y una oferta laboral para enseñar en la universidad de su pueblo natal, en territorio ruso, decidió retornar al continente europeo. Pero al poco tiempo el ambiente se tornó complejo por la invasión de tropas rusas en Ucrania.

El docente relata que se sentía en una situación incómoda. Constantemente pensaba en los ataques que sufrían sus compatriotas ucranianos mientras él vivía entre prorrusos.

“La vida en la ciudad rusa era tranquila, porque la guerra es a 100 kilómetros al norte, en territorio ucraniano. Pero tuvimos desabastecimiento de alimento, después aumentaron más del doble los precios. Los vuelos civiles en la zona del sur de Rusia están suspendidos, pero día y noche se escuchan aviones yendo a Ucrania, que podría ser para bombardear. Para que la gente no sepa la realidad en Rusia están bloqueadas las redes sociales, no se puede mencionar la palabra guerra, sino conflicto y eso es otra cosa”.

El estrés, recuerda, aumentaba cada vez y deterioraba su salud. “A dónde ir. En Ucrania me rechazaban por colaborar con el país agresor. En Rusia por tener pasaporte ucraniano”. Entre las opciones de migrar a otros países europeos, como España o Alemania, y el sudamericano, se jugó por este último donde ya tenía amistades que lo apoyan, sobre todo moralmente. Destaca que cada mensaje lo ha ayudado a no decaer.

El docente demuestra nostalgia al recordar que tuvo que separarse de sus alumnos y colegas a quienes los recuerda con afecto. Pero, resalta que valora vivir en libertad. “No tengo nada ahora, pero me siento libre. De qué me sirve seguir en Rusia con un trabajo bien remunerado pero sentirme asfixiado cada segundo, no poder emitir mi propia opinión”.

Perfil. Igor cuenta con experiencia en Comunicación intercultural, lengua y cultura ucraniana y rusa, historia y teoría de la literatura internacional, lingüística general y comparativa, sociolingüística, historia de la lengua española. También tiene experiencia como guía turístico y está buscando trabajo. Para contactos, sus números son: +7 988 545-28-74 (0985) 526-009. En el Facebook se encuentra como Igor Protsenko/UH