Aparicio Rodríguez, es el nombre de un orgulloso padre que crió a sus 18 hijos vendiendo remedios yuyos en la ciudad de Capiibary. El mayor de sus retoños actualmente tiene 34 años y el menor de todos 7 añitos.


Junto a su esposa Gladys Bogado tienen 10 varones y 8 mujeres de quienes hoy día se siente muy orgulloso porque según cuenta nunca les hizo pasar vergüenza. “Mis hijos son mi mayor orgullo” dijo a Crónica el “súper papá”.

 “Antes era más fácil criar a los hijos, gracias a Dios nunca pasaron hambre ni necesidades siempre se conformaron con lo que podíamos darles. Hoy día algunos ya formaron su propia familia y el consejo que les doy es que se cuiden y no traigan al mundo a criaturas para hacerles sufrir, ya que hoy día es muy difícil mantener una familia numerosa” expresó el karai. Contó que actualmente en su casa viven 15 personas incluyendo ya algunos nietos. Dijo que todos sus hijos pudieron terminar el colegio, actualmente sigue teniendo varios estudiantes que van al colegio a la noche ya que es más barato y que su hijo pahague va al primer grado.

 “Estoy muy contento, hoy en el día del padre me van a hacer un rico tallarín, se están juntando de a poco mis hijos y ya me llegó una súper torta de regalo, demasiado feliz estoy”, expresó. Contó que tres de sus retoños están trabajando en Asunción y no podrán llegar a comer el delicioso tallarín de ryguazu casero con él, porque la fecha cae mal y falta mucho para que puedan cobrar, pero dijo que ya le llamaron a saludar muy temprano el día de hoy. 

“Hay veces que me cuesta recordar la fecha de sus cumpleaños, lo que sí me acuerdo es que se llevan entre 1 año y un año 6 meses cada uno. Cuando eran chicos era realmente una locura, pero mi señora los pudo criar con mucha paciencia y amor mientras que yo tenía que traer el pan a la casa. Si fuera por nosotros seguiríamos viviendo todos juntos, pero ya crecieron y cada uno va tomando su camino”, dijo.. 

Contó que anteriormente trabajaba en construcciones pero que a causa de una hernia tuvo que dejar ese trabajo y empezó a juntar remedio yuyo en los esterales hace ya casi 30 años, para que a su numerosa familia no le falte nada.



“Antes me iba muy bien con la venta de remedio, pero ahora ya somos muchos y la verdad sa’ipaite la entrada, pero alcanza para llevar el pan de cada día, no me puedo quejar, además ahora ya tengo la ayuda de mis hijos pero igual seguiré trabajando porque todavía tengo hijos menores y quiero darles las herramientas para que se puedan defender, quiero que terminen su colegio y puedan formarse como profesionales” contó.

 Entre risas don Aparicio dijo que ahora a sus 69 años ya cerró su fábrica “ovalemante, ya es hora de disfrutar con lapa” expresó. 

El señor contó a Crónica que se siente orgulloso de haber podido criar a todos sus hijos y que nunca se desligo de sus responsabilidades pidiendo ayuda nadie para, siempre se encargó que nada les falte y su mayor orgullo es que ninguno de sus hijos tiene vicios y menos se desvió del camino de bien que él siempre les inculcó.



Fuente: CRONICA PY