La situación es preocupante, especialmente en un contexto en el que el fútbol femenino está ganando cada vez más visibilidad y reconocimiento. Es importante que se tomen medidas para prevenir este tipo de incidentes y garantizar la seguridad de las jugadoras y los espectadores. 

Esperamos que las autoridades correspondientes investiguen lo sucedido y tomen las medidas necesarias para evitar que hechos como este vuelvan a ocurrir en el futuro. 

La violencia no tiene lugar en el deporte, y es responsabilidad de todos trabajar juntos para erradicarla.