En 1991, la Justicia se basó en las declaraciones de la hijastra de la víctima para condenar a Thomas Raynard James, aunque no se presentó ninguna prueba real contra él.


Un estadounidense que pasó 32 años tras las rejas por un asesinato que siempre negó haber cometido finalmente ha quedado en libertad, informa CBS Miami.

Este miércoles, la fiscal del condado de Miami-Dade (Florida, EE.UU.), Katherine Fernández Rundle, solicitó al Tribunal que anulara la condena de Thomas Raynard James, que fue declarado culpable en 1991 por cargos de robo y la muerte a tiros de Francis McKinnon, ocurrido en un apartamento en la ciudad de Miami.


Según el medio, nunca hubo ninguna prueba que vinculara al sospechoso con el crimen, ni ADN, ni huellas dactilares. Hace tres décadas, durante la investigación, la hijastra de la víctima afirmó que podía identificar con toda seguridad a James como el atacante. Ahora, sin embargo, la principal testigo aseveró que se había equivocado.



Por su parte, el exconvicto aseguró que ya había perdonado hace mucho tiempo a quien lo acusó, “porque no creía que lo hubiera hecho intencionadamente”.


El Proyecto de Justicia de la Fiscalía de Miami-Dade pasó un año revisando el caso, repasando documentos y volviendo a entrevistar a los testigos.


Según la moción para anular la condena, se solicitó una prueba de polígrafo de James, que constaba de tres preguntas relacionadas con el lugar de comisión del delito y el tiro mortal que acabó con la vida de McKinnon. Aunque no era una prueba admisible en el tribunal, era otro factor para tener en cuenta.


“Sr. James, su condena y sentencia quedan anuladas”, dictaminó este miércoles el juez del Undécimo Circuito Judicial de Florida, Miguel de la O.


Ahora en libertad, James expresó la esperanza de poder conseguir un trabajo y luego crear una organización para ayudar a otras personas que declaran haber sido condenadas injustamente.


Fuente: HOY