Un episodio de violencia se desató el 5 de febrero en Bella Vista, lo que sugiere un ajuste de cuentas en el contexto del narcotráfico.



Las autoridades informaron que un grupo de individuos armados irrumpió en la residencia de Rolando Javier Delvalle Olguín, de 43 años, donde lo agredieron salvajemente, lo amarraron y secuestraron a él, su esposa e hija de 15 años. Durante el asalto, los atacantes exigieron dinero y se llevaron diversas joyas, además de una cantidad de 2 millones de guaraníes en efectivo.


El violento suceso tuvo lugar a primeras horas de la mañana. Después de llevárselos, los delincuentes abandonaron a la familia en el barrio María Auxiliadora, no sin antes infligirles severas golpizas. Rolando Delvalle se encuentra internado en el Hospital Regional de Encarnación debido a las lesiones críticas que sufrió, mientras que su esposa e hija recibieron atención médica y fueron dadas de alta más tarde.


Las indagaciones preliminares apuntan a que este ataque no fue un simple hurto, sino una represalia vinculada al narcotráfico. Se sospecha que Delvalle podría haber estado implicado en un negocio fallido de tráfico de drogas, provocando así esta implacable venganza. Los informes sugieren que los narcotraficantes lo golpearon con tal ferocidad que, supuestamente, le perdonaron la vida tras un pago.


Investigaciones recientes han indicado que el acto podría estar relacionado con el fallido tráfico de 400 kilogramos de cocaína. En este sentido, los atacantes no solo lo amenazaron y golpearon, sino que también le rompieron costillas y lo mantuvieron en condiciones extremas, aparentemente perdonando su existencia a cambio de un monto monetario, extremo que permaneció sin aclarar por el renuente silencio familiar.


Días después del atentado, un incendio en una casa local también se presume ligado a esta venganza. Este inquietante caso se conecta con el reciente asesinato de Reinaldo Ramoa Gómez, de 41 años, quien fue hallado muerto en la ciudad de Luque de un tiro en la cabeza en su camioneta, lo que corrobora la sospecha de una disputa en torno al lucrativo negocio de la cocaína.