Carlos Villasboa, un agente policial, ha superado numerosas adversidades en su vida para alcanzar su objetivo de convertirse en un miembro de la fuerza policial. Su historia es un testimonio inspirador de cómo la determinación y la fe pueden llevarnos a lograr nuestros sueños. 

Carlos nació en un pequeño distrito llamada Mayor José DeJesús Martínez, en el Departamento de Ñeembucú. Desde joven, tuvo el sueño de convertirse en agente policial, a pesar de tener cierto temor hacia la policía durante su infancia.

Con el paso del tiempo, Carlos superó sus miedos y decidió unirse a las fuerzas del orden. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado cuando, a los 4 años, fue adoptado por la familia Borba Arrua. 

Vivir con esta familia hasta su adolescencia cambió su vida de manera significativa, pero Carlos decidió buscar nuevos horizontes y se dirigió a la República Argentina, donde se reencontró con su familia biológica, trabajando en el vecino país, como ayudante de un maestro panadero.

Después de pasar un año en Argentina, Carlos regresó a Paraguay con el objetivo de unirse a la Policía Nacional y construir un futuro digno para sí mismo. A pesar de enfrentar dificultades y deambular por las calles de Asunción, Carlos logró ingresar a la academia policial y se graduó en 1993.

A lo largo de su carrera, Carlos ha servido en diferentes sedes policiales, ganándose el aprecio de la ciudadanía por su dedicación y servicio a los más vulnerables.

Su experiencia y perseverancia lo han convertido en un ejemplo a seguir para los jóvenes aspirantes que sueñan con alcanzar sus metas.

Carlos recordó la importancia de seguir nuestros sueños y valorar a nuestras familias. Su historia es un recordatorio de que, cuando uno quiere, se puede llegar lejos.

Hoy Carlos esta casado con 3 hijos y reside en la ciudad de Encarnación. 

Mathias sueña ser como su padrino.

Mathias Gabriel Colman Alderete, ahijado de Carlos y de familia policial, posando como un futuro uniformado de la Policía Nacional.