El lado más vulnerable de Asunción. Están sobre todo en el microcentro y el Mercado 4.


Eran las 11:30 de la mañana y un joven dormía en la vereda cubierto solamente con una fina frazada, sobre 25 de mayo casi Yegros, de Asunción. A su alrededor, todo el mundo hace su vida con normalidad. Don Felipe Verdún, que tiene una casilla de revistas, libros y diarios, dice ver diariamente a muchas personas que amanecen por la calle. “Toda la hora están por acá”, cuenta, pero a él no le molestan porque son inofensivas. 

El vendedor, sin embargo, por ahora se retira a las 18:00, porque pasando las 20:00, mencionó que ya no se siente seguro en el microcentro de Asunción y en tres ocasiones pilló que alguien intentó abrir su casilla

En el Mercado 4 De noche, y sobre todo cuando llueve, otras personas sin hogar se refugian en la vereda de la chipería de Cinthia Servián, ubicada sobre la avenida Rodríguez de Francia casi Perú. Ella a veces llega a su local pero no puede abrir enseguida porque hay gente durmiendo. Suelen ser seis personas de entre 22 y 55 años, más o menos. Durante el día se van a otro lado, recorren los puestos de los vendedores y a veces piden unas bananas o cualquier cosita para aplacar el hambre. Una buena parte de las personas en situación de calle son indígenas, aseguró Sofía Jara, que vende lechugas.

 Ley de comedores 

Está previsto que hoy se trate en el Senado el proyecto de “Ley de Comedores y Centros Comunitarios”. Cira Novara, miembro de la Articulación de Ollas Populares, dijo que aún dan de comer a personas vulnerables. “Algunas se rebuscan en los mercados, en algunas fundaciones, con el esfuerzo de las olleras”, indicó. Con hambre Los bares de Asu dicen que son acosados por gente con hambre y adictos. “En los comedores, que tenemos 30 en las diferentes parroquias, tenemos de 100 a 200 personas asistidas. (...) Son ancianos, jóvenes que quedaron sin trabajo, madres solteras”, dijo Bernardo Figueredo, Coordinador PSA.



Fuente: EXTRA