El presidente estadounidense ha vaciado su agenda desde este lunes pasado para centrarse en la situación en Oriente Medio.


El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, realizará el miércoles una visita histórica a Israel, en una muestra de su firme solidaridad con el Estado hebreo en medio de los esfuerzos por contener el creciente desastre humanitario en Gaza. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, dio a conocer la visita después de que combatientes de Hamás incursionaron el 7 de octubre en Israel y mataron a unas 1.400 personas.



“El presidente reafirmará la solidaridad de Estados Unidos con Israel y nuestro férreo compromiso con su seguridad”, declaró Blinken a primera hora del martes en Tel Aviv. La visita de Biden tendrá un foco práctico y simbólico, al intensificar los esfuerzos diplomáticos por contener el sufrimiento en Gaza tras los bombardeos israelíes de represalia sobre el enclave palestino gobernado por Hamás, donde han muerto al menos 2.750 personas.


El consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo en Washington que además de Tel Aviv, Biden viajará a Jordania donde se reunirá con el rey Abdullah II, el líder palestino Mahmud Abás y con el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi.

Organismos internacionales advierten que los habitantes de Gaza se están quedan sin agua, alimento y combustible antes de la invasión terrestre israelí. El primer ministro Benjamin Netanyahu y otros líderes israelíes han indicado que pretenden destruir Hamás y erradicar la amenaza que representa.


Decenas de miles de soldados y reservistas israelíes se mantienen apostados en la frontera en espera de la orden de entrar. Un portavoz militar israelí dijo que no está claro si la visita de Biden cambiará los planes de la ofensiva terrestre en la Franja de Gaza.


Varias figuras de Hamás han muerto en los ataques, incluyendo Osama Mazini, identificado por la fuerza aérea israelí como parte del consejo de mando y “responsable de los prisioneros de Hamás”. Organizaciones humanitarias han urgido permitir la entrada de ayuda humanitaria a Gaza y la salida de civiles.


Catástrofe humanitaria

El director regional de la Organización Mundial de la Salud, Ahmed Al Mandhari, dijo a AFP que Gaza se convertirá en una “verdadera catástrofe”. “Quedan 24 horas de agua, electricidad y combustible”, declaró a AFP en El Cairo. Los bombardeos israelíes, sumados a su orden de evacuar el norte de la Franja de Gaza, provocaron el desplazamiento de más de un millón de palestinos al sur del enclave desde el inicio del conflicto, según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).


Pero el ejército israelí calcula que se trata de unos 600.000 palestinos desplazados. Blinken, en su reunión de ocho horas con Netanyahu en Tel Aviv, dijo que no había acuerdo sobre la ayuda humanitaria, pero que alcanzaron un “compromiso” de trabajar en un plan antes y después de la visita de Biden.


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“A nuestra solicitud, Estados Unidos e Israel acordaron formular un plan que permitirá que la ayuda humanitaria de países donantes y organismos multilaterales llegue a los civiles en Gaza”, aseguró Blinken. Funcionarios dijeron que el nuevo coordinador de la ayuda humanitaria estadounidense, David Satterfield, trabajaría con Israel para desarrollar planes concretos.


Biden espera “escuchar de Israel cómo desarrollará las operaciones de forma que se minimicen las bajas civiles y se permita la llegada de la asistencia humanitaria a los civiles en Gaza y que no se beneficie a Hamás”, expresó Blinken.


“Israel tiene el derecho, y de hecho, el deber de defender a su población de los ataques de Hamás y otros terroristas y de prevenir futuros ataques”, indicó Blinken. Biden “escuchará de Israel lo que necesita para defender a su pueblo mientras trabajamos con el Congreso para satisfacer esas necesidades”, dijo.


Firme apoyo a Israel

Biden ha expresado su resuelta solidaridad con Israel tras sufrir el peor ataque en sus 75 años de historia. Pero también manifestó preocupación por propuestas más severas que podrían afectar a los civiles en Gaza y previamente presionó a Israel para anular la decisión de cortar el suministro de agua. “Compartimos las preocupaciones de Israel de que Hamás pueda tomar o destruir las ayudas con destino a Gaza o que evite que lleguen a las personas que las necesitan”, añadió Blinken.


Mientras tanto, en la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza, la población de 400.000 se duplicó los últimos días, y miles de palestinos se amasan en el paso fronterizo de Rafah, con Egipto, con la intención de abandonar el territorio. “La situación es más catastrófica de lo que podía imaginar”, expresó Jamil Abdullah, un palestino-sueco que esperaba salir antes de tener que dormir en la calle.


“Hay cuerpos tendidos en las calles, edificios que caen encima de sus residentes. Hay sangre por todas partes. El olor a muerte está en todas partes”, relató. Periodistas de AFP en Gaza indicaron que las morgues están desbordadas y que había cuerpos envueltos en bolsas blancas guardados en un camión de helados.


En Israel, unas 500.000 personas han sido desplazadas o evacuadas desde comunidades aledañas a la Franja de Gaza y la frontera israelí con Líbano, indicó el martes el ejército israelí. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que toda la región de Oriente Medio está “al borde del abismo”, y persiste el temor de que el conflicto se extienda a Cisjordania o a Líbano, involucrando a otros rivales regionales.


Israel dijo el martes que bombardeó por la noche objetivos de Hezbolá en Líbano. Ese movimiento es respaldado por Irán, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, advirtió que “el tiempo se agota para encontrar soluciones políticas” al conflicto.


Fuente: AFP.