Un militar de 30 años, no fue detenido pese a la sospecha de abuso y su vínculo con un asistente fiscal.
- 28/04/2025
- Por Edicion Prensa
Agentes de la Comisaría de Mayor Otaño intervinieron el pasado 25 de abril en el Puesto de Salud local, tras ser alertados sobre el ingreso de una menor de 17 años en aparente estado de convulsión y presunta intoxicación por sustancias alucinógenas. La denuncia fue realizada por la médica de guardia, quien solicitó apoyo policial debido a la gravedad del caso.
Al llegar al centro asistencial, los uniformados, liderados por el Comisario Principal Hugo González, constataron que la adolescente había sido llevada por N.A.R.A., un militar naval de 30 años con el grado de Suboficial de Primera. Según relató el propio militar, ambos habían salido el día anterior y consumido bebidas alcohólicas en un hospedaje de la ciudad. Durante la madrugada, la joven comenzó a convulsionar, por lo que decidió trasladarla en su vehículo particular al centro de salud.
Llamativamente, el fiscal de turno, Luis Caballero, dispuso que la menor permaneciera internada bajo observación médica hasta su recuperación, para luego ser entregada a su abuelo. Sin embargo, no ordenó la detención ni la imputación del militar, pese a la evidente sospecha de un posible abuso sexual dada la edad de la víctima, tal como establece la legislación vigente.
Posteriormente, personal policial se constituyó en el hospedaje donde, según el propietario, el militar alquiló una habitación junto a una joven el 24 de abril, permaneciendo hasta la mañana siguiente. Extraoficialmente, trascendió que el uniformado podría tener parentesco con un asistente fiscal, lo que habría influido en la falta de acciones judiciales inmediatas.